Arantzazu muestra cinco siglos de espiritualidad, arte y euskera en un documental

En cinco siglos de historia, nunca antes los frailes del Santuario de Arantzazu habían abierto sus puertas físicas y espirituales como en el documental Arantzazu. 36 zm, 5 mende, herri bat. Dirigido por Pello Sarasua y promovido por Arantzazulab-Arantzazu Gaur Fundazioa, el filme muestra “una lectura íntima” sobre las aportaciones sociales, culturales y espirituales de los franciscanos a través de sus propios testimonios con el objetivo de poner en valor “el gran valor social e histórico” que han tenido para Euskal Herria. Tras presentarse en Zinebi, el trabajo llegará a las salas de cine a partir del próximo año.

Durante dos años, Sarasua ha reunido más de 25 horas de testimonios grabados en torno a Arantzazu. “Recibí la invitación para participar en el proyecto porque ya había trabajado antes en este campo. Entrevistamos durante tres y cuatro horas a cada fraile y, aunque al principio era raro hablar con las cámaras delante, acabaron por acostumbrarse”, ha revelado el director este martes durante la presentación del documental en Tabakalera, acompañado por la directora general de Arantzazulab, Naiara Goia, y el ministro provincial de la Provincia Franciscana de Arantzazu, Joxe Mari Arregi.

Todo este material ha sido reducido a un largometraje de 70 minutos de duración que busca aportar una mirada interior y exterior sobre las aportaciones sociales, culturales y espirituales de Arantzazu. “La novedad a la hora de qué contar tenía que ser la de comprender su opción vital, pero también la de conocer su trabajo por y para el pueblo. ¿Por qué unos frailes se interesa tanto por el mundo de las ovejas o por qué forman parte de los organismos de Euskaltzaindia?”, ha asegurado Sarasua, quien, además de dirigir la cinta, se ha encargado de la realización del guion y de las entrevistas.

En total, el documental recoge los testimonios de siete franciscanos –Joxe Mari Arregi, Juan Miguel Dorronsoro, Juan Ignacio Larrea, Anjel Txabarri, Manolo Pagola y Paulo Agirrebaltzategi- y de varias personas que tienen una relación significativa con el Santuario como Joseba Intxausti (fallecido durante la edición del trabajo), Lorea Agirre, Jon Sarasua, Izaskun Andonegi, Miguel Angel Alonso del Val, Jose Ramon Beloki, Miren Elgarresta, Xabier Euzkitze, Marije Goikoetxea y Alazne Guridi.

En estas conversaciones, la narración discurre entre varios temas como la espiritualidad cristiana, el humanismo, el arte, la naturaleza, el euskera y la cultura. “El documental está articulado en tres partes. La primera es una mirada interior a los franciscanos para comprenderlos; la segunda gira en torno a la relación que han tenido con el pueblo y todo lo que han hecho; y la tercera, la más pequeña, sobre la situación actual de la religión y el futuro”, ha contado el director.

En la actualidad, en Arantzazu viven 19 frailes, cuando han llegado a convivir hasta 150 en sus instalaciones. “Estamos preocupados por el futuro, dentro de diez años no sabemos lo que va a pasar. En el mundo todavía hay muchos franciscanos, unos 11.000, pero no hay jóvenes”, ha señalado el ministro provincial de la orden, para quien lo importante del documental es “la relación que tenemos con el arte”. “Siempre digo bromeando que la gente no viene a Arantzazu a ver la espiritualidad, viene a ver a Oteiza”, ha indicado.

Un referente para Euskal Herria

La aportación de los franciscanos a la cultura vasca y al euskera es uno de los puntos que se aborda el largometraje, ya que, según Arregi, Arantzazu “no sería nada sin el pueblo y la relación abierta que ha tenido con él”. “Sigue siendo un referente en Euskal Herria para la búsqueda del sentido de la vida, para el euskera, para el arte y para muchas más cosas”, ha agregado, al tiempo que ha reconocido que, cuando les presentaron el proyecto del documental, pensó que era una gran oportunidad para conocer y descubrir el Santuario por dentro: “Hay mucho escrito sobre Arantzazu, pero quedan cosas por decir”.

Sobre este mismo aspecto también se ha detenido la directora general de Arantzazulab, para quien la aportación de Arantzazu como patrimonio inmaterial tiene “un gran valor social e histórico” y es importante darlo a conocer a la sociedad vasca. Para ello, esta fundación trabaja con varias iniciativas como la actualización de contenidos del calendario Takoa y su digitalización, o el proyecto Euskozenoa, en el que los franciscanos comparten ideas y reflexiones con los jóvenes en torno a la identidad vasca del futuro.

El documental, por su parte, tras presentarse en el festival Zinebi de Bilbao y contar este martes con una presentación institucional en Oñati, participará en la Durangoko Azoka. De cara a 2024, se podrá ver en diferentes cines y teatros de Euskadi.

Arantzazu muestra cinco siglos de espiritualidad, arte y euskera en un documental