Alejandro Fernández Barrajón: “Si no se trabaja la continuidad, La JMJ es pan para hoy y hambre para mañana”

Cree en los milagros, porque su vida ha sido un milagro evidente, como le decían los neurocirujanos. Alejandro Fernández Barrajón es un mercedario, que podría presumir de místico con los pies en la tierra. Acaba de publicar ‘El aliento de las mariposas. Espiritualidad para tiempos líquidos’(Paulinas), en el que sostiene que “los valores del Evangelio están al alcance de todos y pertenecen, especialmente, a los sencillos”.

El padre Barrajón está convencido de que la Iglesia tiene que seguir a Francisco en el camino del cambio, porque “si sigue siendo patriarcal, clerical y marginadora de la mujer, no puede ser atractiva para los jóvenes de hoy”. Una Iglesia abierta a todos, incluidos los gays, a los que se les margina en la Iglesia “incluso entre algunos obispos”. Y cree que la acogida a los homosexuales tiene que llegar cuanto antes: “Algún día la iglesia será lo suficientemente avanzada como para pedir perdón por su ceguera para con estas personas”.


¿Por qué un nuevo libro sobre espiritualidad, en tu ya larga producción literaria?

Llevo ya unos años viviendo fuera del ámbito protector del convento, debido a mi obligación, como hijo y con el consentimiento de mi congregación, de cuidar a mis padres mayores y solos. Mi padre murió en mis brazos hace unos años de Alzheimer, cuando ya ni siquiera me conocía. Creo que el mejor servicio que he hecho en mi vida, sin duda alguna, ha sido cuidar y acompañar  a mis padres mayores. Esto ha significado vivir de algún modo a la “intemperie” en medio de un mundo laicista y muy alejado de Dios. Y me ha hecho reflexionar mucho y he descubierto que esta sociedad, que lo tiene todo, anda raquítica de espiritualidad y vive como si Dios no existiera.

Yo mismo noto en mí el peligro en este ambiente de ir enfriándome en aquello que más feliz me ha hecho a lo largo de toda mi vida: mi fe. Y fue esta sensación  la que me empujó a escribir este libro de sencilla espiritualidad pensando en mis amigos de la infancia,  en mis vecinos, en mis compañeros del senderismo, en los pocos pero buenos jóvenes que cultivan un cierto ritmo en la parroquia, en mis amigos gays que no entienden por qué se les margina en la iglesia de una manera tan flagrante, no solo en los cristianos de a pie sino incluso entre algunos obispos que parecen obsesionados con este tema.

Me sorprende la dedicatoria a los periodistas de 13TV, cuando algún obispo, como monseñor Agrelo, tachan de antievangélica a esa televisión de la Iglesia

Siempre me gusta separar las instituciones de las personas porque son realidades distintas. Cuando en mi pueblo alguien me dice que la iglesia es pederasta, no puedo controlar mi estado de ánimo porque es una injusticia manifiesta. Hay pederastas, es verdad, pero la iglesia en sí misma y en su conjunto no lo es. Algo así me sucede con la COPE y con Trece TV. Yo tengo más razones que muchos para sentirme enojado con la COPE. Cuando fui elegido presidente de CONFER, esa cadena de radio hizo una verdadera campaña contra mí y me acusó de todo lo acusable.



Barrajón


Un programa de entonces, ‘La linterna’, fue dedicado íntegramente a debatir sobre mi falta de idoneidad para ser presidente de CONFER, llamándome principiante ingenuo y atrevido en mis declaraciones primeras a los periodistas  de información religiosa. Más tarde suspendió unilateralmente el único programa dedicado a la vida consagrada que había en esta cadena. ¿Casualidad? No creo en las casualidades.

Pero la COPE es una cosa y sus trabajadores son otra. Conozco personalmente a algunos de los trabajadores de TRECE TV y me parecen excelentes personas y grandes profesionales por su coherencia, piensen como piensen, que yo en eso no entro a juzgar  a nadie. Sería absurdo que yo mantuviera un rechazo a la COPE por lo que un día dijo de mí.  Las personas han cambiado y yo admiro la coherencia de estas personas a las que les dedico el libro aunque no comparta las mismas opiniones que algunas de ellas. Me han enviado algunos comentarios a mi libro realmente emocionantes de cariño y apoyo, que yo siempre voy a agradecer.

¿La espiritualidad es una experiencia al alcance de cualquiera?

Absolutamente, porque es una manera  de situarnos ante la vida y sus desafíos. Y podemos hacerlo desde la falta de valores, como si la vida fuera un objeto más de consumo o desde los valores del evangelio que nos dignifican y nos liberan de este pensamiento débil y fatigado que nos rodea. Y yo quiero proponer estos valores del evangelio que están al alcance de todos. Es más, que pertenecen, precisamente, a los sencillos.

Aseguras haber sido “testigo de muchos milagros en la vida”. ¿Puede contarnos alguno en concreto?

Los milagros  suceden cada día, a  todas horas y en todos los minutos, cuando nos acompaña una mirada ingenua y agradecida como la de los niños. Mi vida ha sido un milagro evidente para mucha gente, para mis neurocirujanos, como me confesaban, y para mí mismo.  Salir de una operación cerebral con un porcentaje de riesgo tan alto no es algo ordinario sino extraordinario y en mí lo vivo y lo celebro como un milagro.
 Yo subo con mucha frecuencia al molino de la sierra de mi pueblo y contemplo en muchos amaneceres el milagro de la luz nueva, derramándose sobre la llanura de olivares. Para muchos es algo ordinario, para mí es algo profundamente extraordinario y milagroso, aunque suceda todos los días. Simplemente lo contemplo con los ojos de la fe. Porque un milagro no es algo sobrenatural sino la presencia de lo divino en lo natural. 



Barrajón


¿Por qué la gran mayoría de los jóvenes o no busca la espiritualidad o la busca fuera de las confesiones religiosas tradicionales?

Llevo varios años intentando responderme a esta pregunta. He sido párroco algún tiempo en Madrid y una de mis grandes preocupaciones  era cómo ofrecer un ámbito afectivo y atractivo suficiente para que los jóvenes se acercaran a disfrutar del don de la fe. E incluso  he escrito algún libro reflexionando sobre este tema y buscando esas razones escondidas pero existentes que nos alejan de los jóvenes de manera creciente. Creo que hay muchas y la mayoría están dentro de la propia iglesia y no fuera como a veces solemos buscar. Cada vez que la iglesia se aleja del evangelio los jóvenes se alejan  de la iglesia a desbandadas. ¡Y hacen bien!

¿La JMJ de Lisboa es el arquetipo de la nueva espiritualidad que la Iglesia católica quiere ofrecer a los jóvenes?

En la JMJ de Lisboa habrá, como en todas las JMJ de todos los tiempos, un fuego artificial de mucho entusiasmo y colorido y después muchos de esos jóvenes, la mayoría, no aparecerá por su comunidad parroquial ni seguirá un itinerario serio de fe, de formación y de compromiso. Siempre he sido más partidario de grupos pequeños de fe donde se cultive la palabra de Dios y se camine junto a los hermanos profundizando y haciéndose cada vez más samaritanos. Estas grandes jornadas de multitudes no están mal para avivar el interés y la pregunta en algunos jóvenes, pero si no se trabaja la continuidad es pan para hoy y hambre para mañana.

¿En qué sentido dices que la “mística es superar lo vulgar de estos tiempos con alas de mariposa”?

Creo que el tiempo que vivimos no es el más ejemplar de todos los tiempos, aunque sea el más avanzado técnicamente hablando. A guerras absurdas e inexplicables que nos tienen a todos encogido el corazón y sin ser capaces de vislumbrar una solución a corto plazo, se suceden actitudes xenófobas y violencias en las familias intolerables. La violencia de género es una lacra vergonzosa y la situación de invulnerabilidad de muchas familias en este llamado “Estado de Bienestar” es algo inconcebible. Nos hace falta una mística nueva que pueda volar más allá donde la utopía se llena de nombres y de sueños cumplidos. Volar como la mariposa es detenerse en cada acontecimiento de la vida para llenarlo de humanidad y de sentido. Estamos aquí para ser fecundos a la hora de ser felices y de polinizar con los valores del evangelio cada realidad que necesita redención.



Libro de Barrajón


¿Puede seguir siendo atractiva una institución como la Iglesia católica, profundamente patriarcal, clerical y que margina a la mujer?

Si sigue siendo patriarcal, clerical y marginadora de la mujer, no puede ser atractiva para los jóvenes de hoy. Por eso hay muchas voces que se levantan y gritan en la propia iglesia. Pero estoy seguro de que esta realidad va a ir cambiando de manera creciente  en los próximos años. Porque al Espíritu no hay quien lo pares en su fuerza avasalladora y habrá otro nuevo Pentecostés donde le Espíritu nos enseñará todo lo que realmente necesitamos. Lo había Prometido. Y los creyentes no seguimos aquí por nuestras propias fuerzas o  méritos sino porque el Espíritu Santo puede hace con nosotros obras grandes. Y muchas de estas cuestiones que dicen que están cerradas el Espíritu las abrirá cuando le plazca como abrió las puertas de la cárcel donde estaban los apóstoles encerrados. 

La iglesia será una institución atractiva y llena de fuerza para muchos como lo fue en el siglo primero y durante muchos siglos en la sangre de los mártires. Será si el día en que digan de nosotros: “Mirad cómo se aman”

En tu libro, te declaras partidario de una espiritualidad para gays y lesbianas, cuando apenas tienen cabida en muchas de nuestras iglesias

La espiritualidad es una oferta para todas las personas y los gays y lesbianas son personas antes de nada. Lo esencial es ser personas, lo circunstancial es la manera de pensar, sentir  o tener una orientación determinada.  Dios, padre y madre, nos ama a todos como hijos salidos del vientre de su amor. A nosotros nos condiciona lo circunstancial, a Dios no. En este sentido sí soy partidario de una espiritualidad  para personas gays y lesbianas, mucho más cuando han sido tan marginadas por la sociedad y por la iglesia. Algún día la iglesia será lo suficientemente avanzada como para pedir perdón por su ceguera para con estas personas.

Tres instrumentos que, a tu juicio, no pueden faltar en la búsqueda espiritual de una persona

La búsqueda es un camino, nunca una meta.  En este sentido, el primer instrumento es la voluntad para ponerse en camino, la decisión personal. Como el hijo menor  de la parábola: “Se puso en camino”

El segundo instrumento es la humildad, nunca somos espirituales porque lo hayamos conseguido nosotros con nuestro esfuerzo sino porque se nos ha regalado desde lo alto. No es una conquista, es un don. Esto es una medicina contra los “sabelotodo”  y los que se dedican a juzgar como si ellos hubieran logrado su estatus espiritual superior y ya tienen derecho a juzgar el proceso o la situación de los demás.

El tercer instrumento es la comunidad. Una espiritualidad en solitario se puede convertir en un subjetivismo peligroso. La comunidad es siempre un punto de referencia y de confrontación con uno mismo que puede ayudarnos a caer en el relativismo. Pedro y pablo en el Concilio de Jerusalén se confrontaron como hermanos y lograron un acuerdo satisfactorio para todos.


Barrajón

Alejandro Fernández Barrajón: “Si no se trabaja la continuidad, La JMJ es pan para hoy y hambre para mañana”