David Lebón: la discografía seleccionada de un músico excepcional

Desde 1971 a la actualidad, son más de 50 años de excelencia en las que David Lebón ha dejado su huella en una extensa discografía como solista, en las varias bandas en las que participó, y en trabajos de una tan numerosa como ecléctica lista de artistas que no quisieron privarse de su voz, su guitarra y su talento como multiinstrumentista. Aquí una mirada sobre lo mejor de ese recorrido.

David Lebón en la tapa de la revista Rolling Stone #305, editada en agosto de 2023.

David Lebón (1973)

Con su histórico álbum debut como solista, David puso la vara muy alta, estableciendo un standard difícil de superar, incluso por él mismo. Aznar llegó a decir que fue el primer disco de un solista de rock, dentro del rock nacional. Con la experiencia de haber transitado por varios grupos de peso (Pappo’s Blues, La Pesada, Color Humano, Pescado Rabioso), aún cuando tenía solo 21 años, Lebón exhibe su primera cosecha de temas propios, con varias canciones que se convertirían en clásicos, incluyendo “Hombre de mala sangre”, “Casas de arañas”, “Nube cien”, “Dos edificios dorados”, y el blues “Copado por el diablo”, con la participación de Walter Malosetti. Con la producción de Billy Bond, el aporte de varios músicos de La Pesada, y el arte de tapa de J.O.Gatti, Lebón deja una marca indeleble que cimentaría toda su carrera posterior.

Nayla (1980)

El segundo álbum solista de David fue grabado y editado mientras formaba parte de Serú Girán, y de hecho, la base rítmica en la mayoría de los temas está a cargo de Pedro Aznar y Oscar Moro (los otros músicos participantes son Rinaldo Rafanelli en bajo y Diego Rapoport en piano eléctrico). Originalmente pensado como un álbum doble (idea vetada por la grabadora), casi todo el repertorio proviene de su época con Seleste, el grupo devocional que se disolvió cuando Lebon aceptó formar parte de Serú. Pero si bien el contenido lírico se mantiene intacto, el contexto musical es diferente, con mucha influencia del jazz fusión, extensas zapadas con bajo a lo Jaco Pastorius y abundantes solos de Rapoport, como en “Está muy bien” y el instrumental “Estoy en Tropicalia”, que conviven con baladas como “María Navidad” y “Tu amor borró el pasado”.

El tiempo es veloz (1982)

Tras la separación de Serú Girán, Lebón retoma su carrera solista – esta vez en forma definitiva – con su tercer álbum, El tiempo es veloz, el otro gran clásico de su discografía en solitario. Coproducido con Gustavo Gauvry, con arte de tapa de L.A.Spinetta, aquí David da una muestra de sus cualidades como multiinstrumentista, haciéndose cargo de todos los instrumentos, incluyendo guitarras, bajo, batería, sitar, percusión y teclados (el único invitado es Rapoport en tres temas), canta como los dioses, y entrega una perdurable colección de temas propios como “No confíes en tu suerte”, “Sin vos voy a estallar”, “Tiempo sin sueños” y el tema que da título al álbum, que sería versionado por Mercedes Sosa.

Desnuque: Homenaje al rock and roll (1984)

Aunque los 80 no eran años propicios para el rock and roll, a David no le importó: tomando el ejemplo de John Lennon, realizó su propio homenaje al género. Con Quique Berro en guitarra y Daniel Colombres en batería, más una sección de vientos arreglada por el guitarrista de jazz Ricardo Lew, el álbum cuenta con varios temas producidos por Charly García, que también tocó teclados y bajo Moog. Lebón realiza una versión en castellano del “Jailhouse Rock” de Elvis, compone buenos rockitos como “No lo ves tonto” y “Ya no quiero un minuto sin tu amor”, a los que suma la balada “Hacelo hoy conmigo”, con Celeste Carballo, y culmina con dos grandes versiones de “32 macetas” y “No confíes en tu suerte”, grabadas en vivo en el Festival de La Falda, con unos solos de guitarra descomunales.

Nuevas mañanas (1991)

Uno de los ítems más ocultos de su discografía, este álbum fue grabado en Miami, justo antes de la reunión de Serú, con la colaboración en la composición, producción e instrumentación, de Julio Presas y Pedro Aznar, más algunos sesionistas estadounidenses en coros y vientos. Se cuela un poco el “sonido Miami” en temas como “Niños que danzan” y “Techno Love”, pero contiene varias gemas para sumar a los clásicos de su repertorio, como “En un siglo o en dos” y el tema que le da título, además de algunos solos antológicos y una nueva versión de “El tiempo es veloz”.

Yo lo soñé (2002)

Su primer álbum de estudio con temas nuevos en más de una década, Yo lo soñé resume un poco la “etapa mendocina” de Lebón, con la banda que había armado en sus años de residencia en esa provincia (Luis Cotiquelli, Panchi Lebón, Palmo Addario), más la participación de Germán Wiedemer, Luis Gurevich, y como invitados de lujo, Ricardo Mollo (“Mileneo”) y Charly García (“Toda la vida”). Se nota el largo tiempo transcurrido desde su última producción, ya que el álbum incluye 17 temas (según el propio David, seleccionados entre más de 200), entre ellos gemas como “Mi despedida”, reversionado en Lebón & Co. Vol.2.

Desnuque II – edición especial (2005)

Rareza total. Un CD grabado y editado en forma independiente (y nunca reeditado), mientras estaba en Mendoza, donde puede apreciarse al Lebón más rockero, con un sonido crudo y una banda integrada por Germán Wiedemer, Lucas Ruso, Panchi Lebón y Luis Cotiquelli. Contiene temas que permanecen como exclusivos de este álbum, entre ellos “No tiene nombre”, “Blues mágico” y la pesadísima “Ciegos”, además de excelentes versiones del “She’s so heavy” de los Beatles y “What the world needs now”, de Bacharach – David.

Déjà Vu (2009)

Otro gran álbum pensado para generar un “regreso” de David, que no provocó el efecto esperado. Con el respaldo de un sello de los grandes (EMI), participación destacada de Hilda Lizarazu (coros y coautora de varios temas) y Ricardo Mollo, además de un dibujo de tapa de Luis Alberto Spinetta, Lebón entrega una nueva colección de inspirados temas propios. Hay un par de blues (“No quiero encerrarme”, “Buenos Aires Blues”), rocks (“En una hora”, “Si es así tu amor”), baladas (“En mi vida”), y los midtempo característicos de David, como “El tigre y el dragón”, para cerrar con una gran versión de “Viernes 3 a.m.”.

Lebón & Co. (2019) – Lebón & Co. Volumen 2 (2022)

Aunque con tres años de separación entre uno y otro (pandemia incluída) estos dos discos pueden ser considerados como un álbum doble. Aunque el álbum de duetos es un recurso conocido, no siempre funciona. Pero en este caso sí lo hizo, volviendo a poner a David en el centro de la escena, luego de décadas transcurridas en un relativo anonimato. Colaboraron para esto la empática producción de Gabriel Pedernera (baterista de Eruca Sativa), un repertorio indestructible (seleccionado entre su carrera solista, Serú Girán y Polifemo) y algunas participaciones memorables de un ecléctico elenco de invitados, de Skay Beilinson y Ricardo Mollo a Juanes y Soledad, entre otros. Pero fundamentalmente, la certeza de que David mantiene intactas sus virtudes como cantante, guitarrista y compositor tan singular como brillante.

Aznar – Lebón Teatro ND Ateneo – Vol.1 (2007) – Teatro ND Ateneo – Vol.2 (2007)

La combinación entre Pedro Aznar y David Lebón nunca puede dar un resultado que sea menos que excelente. Si a esto le sumamos al tecladista Andrés Beeuwsaert, que además aporta bellas armonías vocales, estos dos álbumes – grabados durante cuatro noches en el Teatro ND Ateneo que serían el comienzo de una extensa gira -, se destacan como una rara gema en la carrera de ambos. Tanto la voz de David como sus composiciones se lucen especialmente en este contexto despojado, sin una base rítmica tradicional. El repertorio incluye temas de ambos, algunos de Serú, versiones de Elton John y los Beach Boys, y algunas composiciones que figuran sólo en este disco, como “Sin decir adiós” y la adaptación al castellano de «Dying to Live» (“Muriendo por vivir”), de Edgar Winter.

Serú Girán (1978)

El ya mítico álbum debut de Serú, grabado en San Pablo con la producción de Billy Bond, y completado en los Angeles, donde le fue añadida una orquesta dirigida y arreglada por Daniel Goldberg. Producto de la estadía de David y Charly en Buzios, el disco contiene los primeros frutos de su asociación compositiva (“Voy a mil”, “El mendigo en el andén”) así como una serie de temas de Charly, inspirado por su nuevo entorno musical, como los futuros clásicos “Seminare” y “Eiti Leda” (que venía de la última época de Sui Generis, con el título “Nena”). Un álbum exquisito musicalmente, con una sofisticación inusual para el rock argentino, incomprendido en su momento pero ampliamente revalorizado con el tiempo.

La grasa de las capitales (1979)

Serú Girán ingresa de lleno en la realidad argentina, con un disco que es un formidable retrato de su época, a la vez que una cabal demostración del potencial de la banda, que explora todas sus posibilidades como cuarteto. Ya desde la tapa, que satiriza las revistas frívolas de “actualidad”, así como la reacción adversa del periodismo al grupo en su primera etapa, el álbum es un claro reflejo de la Argentina bajo la dictadura, con toda su carga de represión y muerte. Contiene temas como “Frecuencia modulada” y “La grasa de los capitales”, donde reflejan el clima social de la época, otros de temática oscura y depresiva, como “Los sobrevivientes” y “Viernes 3 AM” (que fuera censurada)”, además de dos canciones extraordinarias producto de la dupla Charly – David, “Noche de perros” y “San Francisco y el lobo”.

Bicicleta (1980)

Ya establecidos como la gran banda argentina, Serú produce lo que podríamos llamar su obra de madurez, donde se explayan musicalmente pero a la vez permean sus canciones con cierto aire de melancolía, cabalmente captado en el arte de tapa de Renata Schusseim. Esto se pone de manifiesto en los dos temas de David, “¿Cuánto tiempo más llevará?” y “Tema de Nayla”, así como en “Canción de Alicia en el país” de Charly, un sutil juego poético para hablar de un país que seguía bajo la bota militar. García dirige una mirada irónica hacia los músicos de la generación anterior (“A los jóvenes de ayer”) y los más jóvenes (“Mientras miro las nuevas olas”), a la vez que aporta uno de sus temas más conmovedores, “Desarma y Sangra”. El momento más rockero del disco es el único de la pluma conjunta de David y Charly, “Encuentro con el Diablo”.

Peperina (1981)

El último álbum de estudio de Serú continúa la línea del anterior. La mirada irónica de Charly está presente en “José Mercado” y “Peperina”, aunque la belleza melódica de esta última es casi contradictoria con el vitriolo de la letra, y en “Cinema Verité” muestra su capacidad sin par como retratista crítico de la realidad. David, con su espiritualidad a flor de piel, aporta el clásico “Parado en el medio de la vida” y dos gemas compuestas junto a Charly, “Esperando nacer” y “En la vereda del sol”. Hay además algunos temas instrumentales de Aznar, Lebón y García, a razón de uno per cápita. Aunque nadie parecía preverlo, el final estaba a la vuelta de la esquina.

Serú ‘92 (1992)

Aunque en su momento la crítica no fue muy benigna con este álbum, que señala la reunión en estudio de Serú Girán luego de 10 años, sus canciones han tenido una perdurabilidad que lo revaloriza como una obra a la altura de la leyenda del grupo. Las contribuciones de David son especialmente significativas, como “Mundo agradable”, “Ese tren” y “Nos veremos otra vez” (todas reversionadas en los Lebón & Co.). Pero tanto Charly con “Transformación” como Pedro con “A cada hombre, a cada mujer”, tambien han convertido estos temas en piezas a las que han retornado en distintos momentos de sus respectivas carreras.

Yo no quiero volverme tan loco – Teatro Coliseo 26 de Diciembre de 1981 (2000)

Aunque el audio no es el ideal, porque está rescatado de una grabación de consola de dos canales, esta grabación supera en mucho al disco oficial de su despedida en Obras (No llores por mí Argentina, 1982), como un testimonio inapelable del poderío musical de Serú Girán en vivo. A diferencia de No llores…, que tuvo numerosas regrabaciones de estudio, este álbum doble no contiene ningún retoque posterior, y fue grabado en el Teatro Coliseo cuando la banda no tenía idea de que iba a separarse. Aquí Serú se muestra realmente a sus anchas, uniendo virtuosismo interpretativo, tremendos arreglos de voces y un repertorio magnífico. Incluye una “remake” de una rareza de Sui Generis, “Alto en la torre”, y varios temas pensados para Serú, que después incluirían en sus respectivos álbumes solistas (“Inconsciente colectivo”, “Oh Dios, que puedo hacer”, “Yo no quiero volverme tan loco”).

Polifemo (1976)

En el álbum debut de La banda formada por David con Rinaldo Rafanelli, Juan Rodríguez y (posteriormente) Ciro Fogliatta, conviven varias tendencias. Hay temas de Lebón en la línea de su primer disco solista, y otros con desarrollos más extensos y elaborados, que muestran la creciente influencia del rock progresivo (King Crimson, EL&P, etc.). Pero quizás lo más glorioso de Polifemo son sus dos primeros singles, con la formación de trío (incluídos como bonus en la solitaria reedición en CD), “Suéltate rock and roll” y “Oye Dios, qué me has dado”, que rockean en gran forma con un sonido hard que recuerda bandas británicas de la época, como Free y Humble Pie.

Pescado 2 (1973)

Este álbum doble, una de las obras fundamentales en la discografía de Luis Alberto Spinetta, y de todo el rock nacional, contiene un aporte sustancial de David en su fugaz pero fructífero paso por Pescado Rabioso. No sólo aportó bajo, voz, guitarras y coros, contribuyendo con su exquisita musicalidad a temazos como “La cereza del Zar”, “Credulidad” y “Cristálida”, sino que incluye el primer tema grabado de su propia autoría, “Mañana o pasado”, que por los impedimentos burocráticos que existían para registrar las canciones, pasó a llamarse “Hola dulce viento”.

Spinetta y Las Bandas Eternas (2010)

Del histórico concierto de más de cinco horas en el que Luis Alberto Spinetta reunió a sus bandas clásicas, la de Pescado Rabioso fue una de las participaciones más brillantes y aplaudidas. El Flaco consiguió reunir en un solo grupo las alineaciones de los dos discos (Desatormentándonos y Pescado 2), con el plus de que los bajistas de ambas formaciones, Bocón Frascino y David Lebón, pudieron retornar a su instrumento original, la guitarra, gracias al agregado de Guillermo Vadalá en el bajo. Además, su set fue el más extenso de todas las reuniones, con 7 temas, incluyendo “Hola dulce viento”, compuesto y cantado por David.

Pappo’s Blues (1971)

El debut de Pappo como solista es, después del disco debut de Manal, la gran biblia del power trio dentro del rock argentino. Junto a los primeros e inmortales clásicos en la carrera de Pappo como compositor (“Algo ha cambiado”, “El viejo”, “El hombre suburbano”, “Adónde está la libertad”), la química particular del guitarrista con David en el bajo y Black Amaya en la batería, produce una propulsión explosiva que sigue asombrando sin importar el paso del tiempo, convirtiéndose en libro de texto para futuros músicos. Lebón volvería a Pappo’s Blues, ya como guitarrista, para el Volumen 4 (1973)

Billy Bond y La Pesada del rock and roll

Billy Bond y La Pesada del rock and roll (1971)

David debuta discográficamente en 1971, participando en dos clásicos del rock argentino, los homónimos álbumes debut de Pappo’s Blues y La Pesada. En este seminal primer trabajo del colectivo liderado por Billy Bond, David brilla como guitarrista en 5 de los 8 temas que integran el disco, incluyendo el hit “Salgan al sol” y el hendrixiano “Dueño de tu piel”.

Gabriela

Gabriela (1972)

Ya sea en bajo o guitarra acústica, David está presente en la mayoría de los temas de este álbum, de importancia histórica por ser el primero de una cantante-compositora femenina con temas propios dentro del rock nacional.

Sui Generis

Confesiones de invierno (1973) – Pequeñas anécdotas sobre las instituciones (1974)

El segundo y tercer álbum de estudio de Sui Generis contienen una participación importante de Lebón. En bajo, guitarras acústicas, eléctricas y slide (en “Confesiones…”) y guitarra eléctrica (en “Instituciones”) está presente su característico buen gusto y sentido de lo que hace falta para complementar una buena canción, en una etapa en la que Charly y Nito buscaban apartarse del sonido de dúo para adoptar la estructura de una banda de rock.

Ensamble Musical de Buenos Aires

La Biblia (1974)

Esta versión de La Biblia de Vox Dei, a cargo de una gran orquesta y los músicos de La Pesada (más Sui Generis, Espíritu y Porchetto), producida por Billy Bond, cuenta con David aportando su musicalidad desde el bajo en buena parte de los temas, y asumiendo la primera voz en “Genesis” y “Cristo”.

Varios Intérpretes

Música prohibida para mayores (1980)

Compilado lanzado por el canal estatal con artistas del sello Music-Hall (Leon Gieco, Miguel Cantilo y Punch, Raul Porchetto, Charly García, entre otros), que tiene como particularidad la inclusión de un excelente tema de David Lebón que nunca más volvió a aparecer en ningún lado, “Como en el túnel”. Una auténtica rareza.

Charly García

Música del alma (1980)

Este álbum documenta el “Festival del Amor” realizado en 1977 en el Luna Park, donde Charly convocó a sus músicos amigos (León Gieco, Raúl Porchetto, Gustavo Santaolalla), reunió a sus bandas anteriores (Sui Generis, Porsuigieco), despidió a La Máquina de Hacer Pájaros, y anticipó lo que sería Serú Girán, con una participación central de David Lebón. El hecho de que Charly era fan del primer disco de David queda bien demostrado, ya que interpretaron nada menos que cuatro canciones de ese álbum. Dos de ellas (“Hombre de mala sangre” y “Dos edificios dorados”) fueron a parar al disco, que tiene una parte grabada en vivo y otra regrabada en estudio, por problemas técnicos. Incluye también la canción que da nombre al álbum, «Música del alma”, primer fruto de la colaboración compositiva entre García y Lebón.

Luis Alberto Spinetta

Mondo di cromo (1983)

David vuelve a brindar sus talentos como multiinstrumentista en esta gran obra de Spinetta como solista. Lebón es el baterista en “Cuando vuelva del cielo”, y tiene una participación destacada en los dos temas más conocidos del álbum: en el anticipatorio “Yo quiero ver un tren”, se hace cargo del bajo, tumbadoras, guitarra solista y coros, y en el hit “No te alejes tanto de mí”, contribuye con guitarras y coros.

Moro – Satragni

Moro – Satragni (1984)

Este aislado esfuerzo de Oscar Moro, su excompañero de Serú Girán, en pasar al frente casi en calidad de solista (junto al bajista Beto Satragni), contiene otra rareza, un tema compuesto y cantado por Lebón (quien además toca la guitarra), titulado “Todo lo que pueda hacerme bien”, que sólo aparece en este álbum.

Fito Páez

Tercer Mundo (1990)

En el Páez inmediatamente anterior a la explosión de El amor después del amor, Lebón deja imborrables muestras de su brillantez, contribuyendo con un solo de guitarra inolvidable en “Los buenos tiempos”, y su cálida voz en el himno “Y dale alegría a mi corazón”.

Eruca Sativa

Es (2010)

David les da una mano importante a Eruca Sativa, cuando aún no tenían la popularidad que conocerían después, en ocasión de la grabación de su segundo disco, Es. Lebón aporta su voz y una poderosa guitarra en “Para ser”, iniciando una relación que florecería muchos años después, con la participación de Eruca en los Lebón & Co.

David Lebón: la discografía seleccionada de un músico excepcional