Mientras en el mundo la muerte es sinónimo de miedo y malos augurios, en nuestro país es parte de nuestras raíces y es la invitada de honor en esta importante celebración en la que recordamos a los que en espíritu permanecen con nosotros, el Día de Muertos.
Si bien el referente más común sobre la muerte en el cine mexicano es Macario (México, 1960) de Roberto Gavaldón, la verdad es que hay cientos de películas producidas por México que tocan de diferente manera el fin de la vida, la representación de la muerte y cómo se vive el Día de Muertos.
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A continuación algunas de las mejores películas mexicanas del Cine de Oro en torno al Día de Muertos, que permiten dilucidar cuán importante es para las y los mexicanos honrar a nuestros antepasados y mantenerlos cerca de nosotros, en alma y corazón.
¡QUE VIVA MÉXICO! (FILMADA EN LOS AÑOS 30)
La película plasma una impresionante visión de México, por medio de una estructura episódica que abarca desde antes de la conquista española hasta los tiempos de la revolución, ilustrando la promesa de un nuevo estado socialista.
Impresionado por los grabados de José Guadalupe Posada, el legendario cineasta soviético Sergei M. Eisenstein viajó a México con el ferviente interés de capturar nuestra esencia en celuloide y permaneció en el país por más de dos años. Sin embargo, tan ambicioso proyecto quedó inconcluso y no fue sino hasta la década de 1970 que el también cineasta soviético Grigori Aleksandrov logró ensamblar la versión más aceptada de la película. En ella se incluye un epílogo que da fe del especial interés de Eisenstein en la milenaria tradición del Día de Muertos, mezclada con la modernidad de la época.
MACLOVIA (1948)
El gran amor entre Maclovia (hija del jefe de una comunidad tarasca) y José María (un humilde pescador) se ve amenazado con la llegada del sargento De la Garza, quien encaprichado con esta hermosa mujer, encarcela a José María y ofrece a Maclovia la libertad de su amado a cambio de su honra.
Estelarizada por María Félix y Pedro Armendáriz, este drama romántico del director Emilio ‘El Indio’ Fernández posee de entre sus muchas virtudes —mismas que la convierten en un clásico de la Época de Oro— una secuencia donde por varios minutos se muestra el místico ritual de La Velación. Ésta es una costumbre de la Noche de Muertos en la isla de Janitzio, en el lago de Pátzcuaro, que es donde se ambienta la película. La cámara de Gabriel Figueroa es la encargada de capturar una panorámica de cientos de velas encendidas en la oscuridad de la noche.
MACARIO (1960)
Macario, un aldeano sumamente pobre, desea comerse él solo un pavo, pero finalmente acepta compartirlo con la Muerte, quien como agradecimiento, le entrega un agua curativa con la que podrá hacer milagros, siempre y cuando se atenga a las reglas.
Macario mostró la fragilidad de la vida y lo inútil que es seguir alargando nuestra estadía en este mundo. Gracias a esto, la cinta permaneció 14 semanas en cartelera, algo inusual para una película sin alguna celebridad de la Época de Oro. Asimismo, compitió por la Palma de Oro en el Festival de Cannes donde Gabriel Figueroa ganó Mejor fotografía y se convirtió en el primer filme mexicano nominado al Óscar. Pero el triunfo más grande de Macario y de su emblemática escena en las grutas de Cacahuamilpa fue convertirse —de México para el mundo— en el retrato por excelencia de la muerte. Una de las películas imperdibles para disfrutar el Día de Muertos.
El ESQUELETO DE LA SEÑORA MORALES (1960)
Claramente estamos hablando de la mejor comedia negra de nuestro cine, una pieza ineludible dentro del brillante y original humor mexicano a partir de la imagen de una terrorífica institución conyugal que alude de nuevo a la muerte como principal socia narrativa. La excepcional interpretación de Arturo de Córdova va más allá del valor histriónico, convirtiéndose en un débil reflejo machista que confronta a dos valores intocables de la idiosincrasia nacional: la espiritualidad y el matrimonio.
¿Se imaginan al machismo rebajado y expuesto en dicha época? Esto desembocará en consecuencias tan funestas como hilarantes, presentando a una de las villanas del cine mexicano por antonomasia en donde la psicosis perdurará hasta en los huesos.
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LA MUERTE ENAMORADA (1951)
La Muerte, en forma de una bella y misteriosa mujer, visita a un vendedor de seguros de vida.
La muerte enamorada es una película dirigida por Ernesto Cortázar con Miroslava, Fernando Fernández, Jorge Reyes, Esperanza Issa, Eufrosina García .