El Encantamiento de la Conciencia: una mirada violenta de la espiritualidad

Las  plantas enteógenas tienen una larga historia de uso en diversas culturas alrededor del mundo con fines espirituales y terapéuticos. Esta idea de sanación espiritual poco a poco se ha ido idealizando por lo que hoy en día es muy común encontrar a personas que buscan probar este tipo de sustancias, de la mano de “guías espirituales” , quienes prometen ser faros en sus viajes interiores.

Esta experiencia puede resultar en un reconfortante viaje para muchos, ¿pero qué pasaría si tu guía utiliza métodos violentos para acercarte a la espiritualidad qué tanto buscas, mientras te encuentras completamente vulnerable? Este inquietante panorama es explorado por el director Leonardo García Castilla en su documental “El Encantamiento de la Conciencia,” el cual se sumerge en la figura de Arcelia, autodenominada “el dios demonio” o “la mujer azul” que desafía la noción convencional de la espiritualidad.

El encantamiento de la conciencia – Cortesía

El Encantamiento de la Conciencia tendrá su debut en la Ciudad de México durante la edición número 18 del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocsMX) este lunes a las 18:00 horas en el Cinemex Insurgentes y el martes a la misma hora en el Goethe- Institut Mexiko-

En entrevista exclusiva con Quinto Poder, García Castilla nos cuenta cómo fue la experiencia de grabar, junto a Arcelia y su grupo de seguidores en Real de Catorce en San Luis Potosí. La idea de grabar un documental, según dijo, tenía en primera instancia el objetivo de mostrar un espejo de la forma de ser de Arcelia, una mujer contradictoria, que si bien ayudaba a sus seguidores a sanar sus heridas, lo hacía desde la oscuridad, demostrando un enojo interior que él mismo calificó como “problemas que tenía que sanar”. 

“A mí me llamó mucho la atención la personalidad de Arcelia, cuando comencé a platicar con otros amigos sobre sus contradicciones, este ser que está haciendo ceremonias, que se autodenomina huichola, empecé a darme cuenta que había una arista muy oscura, y eso me llamó mucho la atención, pero no tanto como un aprendiz, sino de documentalista, me surgió un rollo como de: ‘qué personaje tan tenso, es muy confrontativa, mucha gente le huye y está bien’.  Se me hizo una persona muy compleja, era 2012 y estaba el cambio del ciclo Maya, se hablaba del fin del mundo y se me hizo muy padre poder ver una película en donde el contexto fuera 2012 en México, con una mujer que está ofreciendo ceremonias, que dice que viene el cambio de ciclo, que hay que prepararnos, pero en el fondo esa mujer está enojada, triste, tiene muchas contradicciones, ¿por qué si está enojada y aún así quiere ayudar a otras personas? ella no se da cuenta que también tiene que sanarse”, expresó.

Para mantener la objetividad dentro del documental, Leonardo estableció claramente con la “mujer azul” que no participaría en las actividades del grupo, una condición que ella aceptó sin objeciones. “Llegué a Real de Catorce  grabando un cortometraje. La cámara fue un pretexto perfecto para grabar, para participar en esto, siempre fue así, marqué un límite con Arcelia y la gente que la seguía.  Yo más que participar, mi misión era grabar, tenía que mostrar cierta distancia en ciertos momentos, entonces yo tenía ciertas libertades”, contó.

Además, dejó en claro que la intención del documental no era glorificar la vida ni las acciones de Arcelia, sino erigir un espejo que reflejara su imagen en su totalidad, con todas sus cualidades, pero también con sus demonios internos. Quizás el director nunca imaginó lo intensamente impactante que sería sumergirse en las profundidades de los demonios de Arcelia. Fue por esta misma razón que el proyecto original de grabación a lo largo de un año se redujo drásticamente a tan solo cuatro días. No obstante, este breve lapso resultó suficiente para capturar una imagen minuciosa de una mujer que vive en constante dualidad, oscilando entre la luz y la oscuridad.

“Cuando quedamos de hacer la película me preguntó sobre el título, ¿por qué se llama así? y yo le expliqué: no vengo a hacerte una apología, creo que tienes muchas cosas que sanar, y creo que yo te puedo conseguir un espejo y no puedo controlar qué va a salir en ese espejo, y te vas a ver ahí reflejada. Ese fue nuestro trato, sí había una conciencia de que Arcelia tenía demonios que procesar, yo no sabía hasta qué punto, tenía pensado grabar un año y al final grabé cuatro días, cuatro días aguanté, dije ‘esto no es para mí’, pero con cuatro días tuve suficiente para construir ese espejo.  Después de años de reflexión y dejar la película en un disco duro, la película se transformó. Reflexionado esto de los espejos y del compromiso que tuve con Arcelia y que acabara mal, la mejor manera de construirlo fue yo involucrandome en él y yo también me veo reflejado, cambió la película, siempre fue ese el objetivo de desentrañar esa complejidad tan completa que tiene Arcelia y poderle entregar una mirada externa de su complejidad y contradicciones.

 

El encantamiento de la conciencia – Cortesía

La primera parte de la película nos muestra a una Arcelia profundamente comprometida con su rol de mujer espiritual. Nos desvela su cosmovisión, tejida a partir de elementos de diversas culturas indígenas, y nos permite adentrarnos en los momentos más sombríos de su vida. Descubrimos que es una mujer que ha sido víctima de abusos desde su niñez, incluso el producto de una violación perpetrada por su propio abuelo a su madre.

A pesar de las adversidades, Arcelia ha encontrado una suerte de iluminación a través del consumo de diversas plantas enteógenas, que la han llevado a compararse con Jesús y afirmar que está sanando la “esquizofrenia” que la “industria”, “la matrix” y el “gobierno” han sembrado en cada ser humano. Desde su perspectiva, ella posee la capacidad de “alinear la confusión” y “despertar la conciencia” que yace adormecida debido a los males de este mundo, como el “alcohol, la violencia y los demonios”.

Sin embargo, Arcelia es consciente de que no es un ser de pura bondad, ya que alberga demonios en su interior que finalmente toman el control de su cuerpo en la segunda parte de la película. Esto sumerge al director en una oscuridad que le deja una herida imborrable en su memoria.

Durante su estancia en una habitación de hotel, tras sentirse decepcionada al no encontrar una conexión con la chamana Julia Julieta, Arcelia pierde el dominio sobre su propio cuerpo y, junto a dos de sus seguidores, se sumergen en un abismo de caos y violencia, una experiencia de la que el director fue testigo y de la que apenas logró escapar.

“Ese día, después de ver a Julia Julieta, antes de entrar a ese cuarto de hotel, yo había tenido un compromiso de que no iba a comer sustancias mientras estuviera grabando, pero antes de entrar me dijo ‘no te vas a safar’ y la sentí pesada, fue como ‘toma los hongos y te los comes’, yo sabía que iba a estar difícil. Yo dije ‘con que no se metan conmigo todo en orden’; hubo un momento en que intentaba comprender qué estaba pasando, me concentré en lo técnico para intentar no involucrarme, hasta que para Arcelia no fue suficiente los chavitos que estaban ahí y empezó a hablar de mí pero sabía que yo no iba a intervenir, hasta que hubo un momento en que ya no le  importó, se apagó la cámara y se me dejaron venir encima, entonces dije no puedo estar aquí perdiendo mi rol como documentalista, no sé qué vaya a pasar con mi integridad psicológica.  Cuando se apagó la cámara me di cuenta que no quería estar ahí, entonces dije ‘esta película ya se terminó, no importan si no voy a grabar, ya me quiero ir de este lugar’ entonces hice las paces con mi ego,  había un orgullo de si puedo grabar, pero hice las paces, no necesito estar aquí y dije adiós”, contó.

Como si se tratara de un espejo, la película nos permite encontrarnos con nosotros mismos y cuestionarnos hasta qué punto hemos sido víctimas o  incluso victimarios en una situación relacionada con el poder y la vulnerabilidad. 

“Esta película tiene muchos niveles, el primero es para las personas que están interesadas en estas búsquedas espirituales, está bien que experimentes por ahí, pero también te expones, te vuelves vulnerables, es importante que vayas con una alerta de que la línea es muy delgada entre un maestro espiritual a un farsante y es difícil saber qué onda, porque estás dispuesto a entrar a un mundo nuevo, yo diría está padre pero investiga bien, nunca te dejes ir por completo, ve tanteando caminos. Por otro lado, hay una representación muy gráfica en el cuarto de hotel… se muestra de manera abstracta una condición humana que puede ocurrir muy fácilmente en la convivencia, que son las condiciones de alguien imponiendo poder de manera violenta sobre alguien que está vulnerable, eso pasa en relaciones laborales, familiares, de pareja, amistad, todo tipo de relaciones humanas están jugando en ese límite, hay veces que te muestras muy vulnerable con alguien que está abusando de eso, ya sea de manera consciente o inconsciente, y otra lectura es cuando tú te vuelves una persona violenta, cuando tú estás siendo el violentador, que se le salió el enojo, que ya no lo controla, que ya lo normalizaste tanto, darse cuenta de eso, creo que esos son los niveles que están ahí en ese cuarto”.

Finalmente, Leonardo reconoce que su experiencia con Arcelia resultó en un trauma significativo en su vida. Pesadillas y miedos comenzaron a aflorar en su interior, lo que finalmente lo llevó a abrazar lo que vivió y afrontar la experiencia dentro del mismo documental. Su enfoque no se limitó a lo negativo, sino que abarcó todo el aprendizaje que surgió de esta vivencia intensa.

Gracias a este encuentro y a la guía de Julia Julieta, Leonardo pudo identificar que la ausencia de su madre durante toda su infancia había dejado una profunda huella en su psique. Como resultado, tomó la decisión de mudarse de Guadalajara a la Ciudad de México para reestablecer su conexión con ella.

“Fue un evento traumático en mi vida, yo lo quise olvidar, ya no quería hacer nada, tenía pesadillas, me di cuenta que tenía un trauma porque no podía dejar de pensar en ella, llegué a tener pesadillas recurrentes de dos o tres por semana, me la encontraba, tenía que enfrentarla, me daba pánico, me daba mucho miedo, pero hubo un momento que me di cuenta que si no hacía algo con este material, esta experiencia nunca iba a dejar de ser una mala experiencia, entonces me acordé que tenía un compromiso con Arcelia, así que de repente pensé ‘tienes miedo a Arcelia porque no has cumplido tu compromiso’ así que decidí hacerla, pero al final la hice como un ejercicio terapéutico para yo sanar una evento traumático, la película está escrito como una carta a Arcelia, además conocí a Julia Julieta, era una señora que manejaba el poder de los hongos de una forma terapéutica. Yo vi cosas que me traumaban a mí y que tenían que ver con mi mamá, yo no crecí con ella y me di cuenta que me acerqué a Arcelia porque tenía un vacío interno y a raíz de eso me acerqué a mi mamá”, finalizó.

 

 

 

El Encantamiento de la Conciencia: una mirada violenta de la espiritualidad