¿Por qué la IA se está convirtiendo en el villano de tantas películas de acción? | EscribiendoCine

viernes 10 de noviembre de 2023

Pero no solo se trata de Misión Imposible. The Creator, publicada este mismo año, nos sitúa en un mundo futurista donde la humanidad se encuentra en una guerra devastadora frente a la Inteligencia Artificial. Los paisajes armoniosos del Tíbet dibujan un refugio aparentemente seguro para la humanidad, y además nos inspiran a reflexionar sobre nuestra propia condición y espiritualidad ante el auge imparable de la máquina.

Heart of Stone, Ex Machina, Wall-E, y muchas otras películas adoptan a la Inteligencia Artificial como el villano de la trama. Black Mirror lo hizo también como una docena de veces.

Terminator, Yo, Robot, Trascendence, Matrix. Y podríamos seguir yendo atrás hasta 2001: Odisea en el Espacio, donde la aterradora HAL 9000 sentó las bases para todas las demás películas que representan la lucha entre el ser humano y la inteligencia artificial.

Hasta hace unos años, la inteligencia artificial seguía percibiéndose como una posibilidad que tenía ciertos visos de realidad, pero que, en el fondo, seguía estando todavía muy lejos. Incluso en 2020, con el panorama pseudo-apocalíptico que nos dibujó la pandemia, nadie parecía considerar que la IA pudiera ser siquiera un tema de conversación serio hasta el 2050, por lo menos. Todos pensábamos que sería algo de lo que se encargarían las generaciones futuras.

Todo cambió, sin embargo, cuando apareció nuestro amigo ChatGPT. A finales de 2022, el lanzamiento de esta impresionante inteligencia artificial lingüística nos dejó a todos perplejos cuando, por primera vez, estábamos hablando con una máquina. No se trataba de un simple intercambio de comandos. Se trataba de auténticas conversaciones en toda su profundidad, capaces, todas ellas, de hacer pedazos el test de Turing una y mil veces.

La IA adelantó su aparición más de un cuarto de siglo, por lo menos, y tumbó la puerta de nuestra realidad con una patada. Todavía, la mayoría de nosotros no somos conscientes de lo que tenemos entre manos. La tratamos como un juguete, encargándole a Stable Diffusion que dibuje imágenes graciosas de Milei, o pidiéndole a ChatGPT que nos compare las estadísticas de Messi con las de Riquelme. Pero ¿hasta qué punto esta IA constituye un riesgo latente?

Acá es donde el cine está tomando de la mano la temática de la IA y enfatizando una y otra vez los riesgos de esta tecnología. El tema es recurrente: la IA toma consciencia de sí misma, adquiere el control de nuestros dispositivos, y pasa a considerar a los seres humanos como sus enemigos. Pero puede que ni siquiera sea necesario que eso ocurra para que la inteligencia artificial suponga una amenaza en nuestras vidas.

Ya lo estamos viendo. Facebook, Instagram y X se están llenando de cuentas falsas con una IA detrás publicando propaganda las 24 horas del día. El conflicto entre Israel y Palestina está generando enormes cantidades de fotografías falsas, y no son pocos quienes no aciertan a distinguir las imágenes verdaderas de las que no lo son. Estafadores online están usando a ChatGPT para crear webs y correos electrónicos de phishing. Y así podríamos seguir.

Ante el auge de estafas y hackeos en torno a la IA, nos toca ser más conscientes que nunca de los riesgos y adoptar medidas preventivas. Verificar dos veces la autenticidad de las cuentas que divulgan información política. Proteger nuestra conexión online con una VPN para viajar. Usar contraseñas robustas que mantengan nuestras cuentas a salvo. Descreer de los mensajes sesgados que nos incitan a la división social… provengan o no de una IA.

La inteligencia artificial tiene el potencial de hacer que nuestras vidas sean mucho más fáciles. Puede detectar tumores mucho antes y con mayor precisión que un ser humano. Puede desarrollar medicamentos sintéticos para curar un sinfín de enfermedades. Puede proponer sistemas de redistribución de la riqueza mucho más eficaces que los que tenemos actualmente. Puede hacer muchas cosas maravillosas… o puede no hacerlas.

Como todas las herramientas desarrolladas por la humanidad hasta ahora, la IA puede emplearse para bien o para mal. Puede emplearse para redactar correos estafa. Puede emplearse para programar software malicioso. Puede emplearse para divulgar información falsa. Ya conocemos la historia de cómo los humanos usamos nuestras herramientas. La pregunta es, ¿qué va a pasar cuando esta herramienta empiece a usarse a sí misma?

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