Llega fin de año y parece que las emociones están a flor de piel. En las vísperas de las fiestas, los sentimientos son infinitos y mientras algunos disfrutan de las celebraciones, para otros es momento de introspección e incluso, de tristeza y desamparo.
En esta época del año, más que nunca, la espiritualidad juega un rol fundamental. En este contexto, Marcia Castillo, fundadora de la Escuela Maestros de Luz, invita a sumarse a su institución, a todas aquellas personas que sientan el llamado a hacer un camino de autoconocimiento y autosanación, para poder sanarse a sí mismos y después poder ayudar a otras personas.
“En la escuela se enseña a desarrollar el poder que esta adentro de cada uno y a conectarse con el propósito de su vida, ayudando a cumplir con su misión en la tierra”, relata Marcia, quien hace algunos años dejó todo para poder vivir la espiritualidad a fondo y transmitir su mensaje al mundo.
“A los 23 años me fui a vivir a Europa y me convertí en chef y pastelera. Allí trabajé en yates privados durante muchísimos años. Hasta que un día llegó el Ho’oponopono a mi vida y cuando comencé a practicarlo, mi vida cambió para siempre”, apunta Marcia y aclara que se trata de una práctica de sanación hawaiana que consiste en repetir el mantra “lo siento, perdóname, te amo, gracias.”
Así es como Marcia emprendió un viaje a Hawai que la transformaría por completo. “Cuando llegué allí, los maestros, llamados kumus, junto con los chamanes hawaianos, llamados kahunas, me enseñaron todo lo relacionado a su cultura y al Ho’oponopono. Luego empecé a estudiar lomi lomi, una técnica de sanación durante la cual se presionan puntos del cuerpo para liberar traumas del pasado. Durante este proceso, generalmente se presenta un ancestro y te pasa un mensaje. Al practicar esta maravillosa técnica, me di cuenta que soy médium, lo cual significa que puedo ver gente que ya se fue y que está en otro plano de existencia”.
Tras estas movilizadoras vivencias, Marcia sintió la necesidad de volver a la Argentina con una misión puntual: ayudar a otras personas a sanar. Una vez asentada en Cordoba, recibió un pedido muy especial de sus guías “A esta institución la canalicé, lo cual quiere decir que en una meditación profunda, mis guías me dijeron que tenía que armar la escuela. A lo largo de seis meses me fueron dando información de lo que tenía que hacer, incluyendo el logo y el programa”, afirma Marcia.
“Ha llegado la era de Acuario, lo cual significa que todas las personas se van a volver más espirituales y viene un gran cambio para la tierra. Es por eso que mis guías me pidieron que arme esta escuela. Porque es el primer paso para quienes quieren empezar una vida más espiritual o despertar sus dones”, adelanta Marcia y asegura: “todos tenemos dones solo hace falta despertarlos: clariaudiencia, clarividencia, telepatía, intuición, son sólo algunos de ellos”.
Autoconocimiento y sanación:
Sobre el programa de la escuela, Marcia es muy clara: “se trata de un viaje de autoconocimiento y sanación para cada persona y su clan familiar”, sintetiza.
La formación dura dos años, aunque el segundo ciclo es totalmente opcional. “Durante el primer año vamos a sacar siete velos. ¿Qué significa esto? Cuando nuestra alma decide bajar a la tierra se nos ponen siete velos para que no podamos recordar quiénes fuimos o a qué venimos. La tierra es un lugar al que vinimos a aprender. Nuestra alma decide el lugar adonde nacer, el país, la familia. A medida que vamos sacando velos los dones se empiezan a potenciar”, destaca Marcia.
Asimismo, sostiene que el objetivo de la escuela, es que las personas que sientan el llamado se despierten espiritualmente. “Una persona que no se hace cargo de sí mismo, que le echa la culpa a los otros de lo que le pasa, que no sabe manejar sus emociones, que mira todo desde el enojo o la tristeza, es una persona que está dormida espiritualmente. El estar despierto significa empezar a mirarse a uno mismo y saber que cada uno es responsable de lo que atrae a su vida”, remarca.
Cabe destacar que el ciclo lectivo consta de nueve meses y que no cualquier persona puede ingresar al cursado. “Para acceder hay que enviar una carta manuscrita explicando los motivos por los que quieren entrar. Cuando yo recibo la carta hago una meditación y pregunto a los guías si esta persona está lista para iniciar su proceso de sanación”, advierte Marcia.
Asimismo, explica que las clases pueden realizarse de forma presencial o por zoom y que debe abonarse una matrícula tras lo cual se entregan unos libros para leer antes de que empiecen las clases, en el mes de marzo.
“El año pasado terminaron 50 alumnos y este año 30. Son personas de todo el país. Al final del año hacemos un retiro a Capilla del Monte con actividades sanadoras que hacen que sea el cierre del ciclo”, indica Marcia.
Asimismo, invita a todos a estar atentos para sumarse a la escuela: “¿Cuándo suena el teléfono ya sabés quién te llama?, estas pensando en alguien y esa persona se comunica contigo? ¿Sabés de antemano que algo va a suceder y luego ocurre? Todos estos son algunos indicios de que seguramente tienes dones que deben ser despertados”, cierra.
Para recibir el programa de la escuela o si ya te decidiste y quieres enviar la carta junto a una foto tuya, puedes hacerlo por whatsapp al telefono 3512487240 o comunicarte al instagram @goalohacba
Una escuela que invita a potenciar la espiritualidad | La Voz del Interior