¡Vade retro Satanás! Las estrellas que abrazaron a Dios para huir de sus demonios

Dios los esperaba después de escándalos por venta o consumo de drogas, alcoholismo, demandas por violencia de género, accidentes, enfermedades casi mortales, agresiones en vías públicas o sexo desenfrenado. La “cura” más común para “los efectos nocivos” de la fama en músicos y actores de todos los pelambres ha sido la espiritualidad; todos han tocado fondo y ese ha sido el motivo para dar un cabrillazo en sus caminos y voltear su mirada hacia lo intangible. Daddy Yankee, Mel Gibson, Juan Luis Guerra o Richie Rey y Bobby Cruz dieron el paso en su camino a la santidad y hoy son fieles servidores de su fe. Y por lo menos los males de este mundo no los atormentan tanto.

Cat Stevens vio al ‘demonio’ en dos oportunidades; fueron dos experiencias que casi lo matan y fueron el detonante para cambiar su vida espiritual y convertirse en Yusuf Islam. En 1966, el joven Steven Demetre Georgiou alcanzó la fama y el éxito de forma vertiginosa, gracias a su primer álbum, Matthew and Son. La vida iba de maravilla, pero tres años después, una tuberculosis lo confinó en un cuarto de hospital durante varios meses en una batalla por seguir respirando e intentar llegar al siguiente día vivo. “Pasar del ambiente musical a un hospital, recibiendo inyecciones día y noche y viendo a la gente morir a tu alrededor, simplemente cambia tu perspectiva. Tuve que detenerme a pensar en mi propia vida. Parecía que hubiera tenido siempre mis ojos cerrados”, contó tiempo después en una entrevista.

Recuperado, y con la intención de volver a cantar, Cat Stevens –cuyo nombre artístico salió de los comentarios de su novia de entonces, que le decía ‘ojos de gato’- empezó a hacer yoga y a leer sobre metafísica. La voz melodiosa de Father and Son o Wild World siguió triunfando en el pop y el folk, pero hubo otro evento que lo convenció de que no podía seguir por ‘el mismo camino’, el detonante fue un ‘bautismo’ siniestro, en 1976 se salvó de morir ahogado en las playas de Malibú. Y vio una señal. Con la influencia de su hermano, que se había convertido al judaísmo años atrás, se acercó al Corán y empezó a identificarse con la historia de José, a quien los musulmanes consideran un profeta de Dios.

Cat Steven- Yusuf Islam en 1966

Foto:Wikipedia- Creative Commons

“Era un hombre tratado como mercancía en una plaza de mercado”, contó el cantante, en sus estudios halló muchas coincidencias entre José y su carrera en la industria musical. En diciembre de 1977 sucedió su transformación radical, la física, con una larga barba que lo hace ver más como un patriarca de las antiguas tribus de Israel, y sobre todo, la espiritual. Ese día sepultó a Cat Stevens y su trayectoria musical, y nació Yusuf Islam (Yusuf es José en árabe). Pasaron 30 años para que aceptara volver a cantar en inglés y a acoger su antiguo nombre artístico en giras y álbumes.

Hollywood, Cristo y la cienciología

El caso de Shia LaBeouf es el del típico niño que se convierte en estrella muy pronto y acaba estrellándose a temprana edad. En su infancia enfrentó una dualidad permanente, pues mientras se hacía famoso por la serie Even Stevens, acompañaba a su padre a las reuniones de Alcohólicos Anónimos. Su niñez y adolescencia transcurrieron entre el hipismo de su familia –que incluso lo sometió a una pobreza innecesaria- y los traumas de un padre excombatiente de Vietnam que una noche le apuntó con un arma en la cabeza. ¿Qué le quedaba a ese chico de Los Ángeles que acaba de ganarse un Emmy a los 16 años?

Luego de una carrera llena de polémicas, el actor encuentra una segunda oportunidad.

Foto:YouTube: Bishop Robert Barron

Aferrado a la actuación, pasó de ser el ángel de Constantine al heredero de Harrison Ford en la cuarta parte de Indiana Jones y el intrépido protagonista de la saga de Transformers. Fama por doquier. Sus apariciones en medios se alternaron entre el estreno de sus películas y las acusaciones de sus parejas por maltrato o los incidentes que protagonizó por conducir ebrio e insultar a fotógrafos y fanáticos. Se convirtió en el ‘rarito’ de Hollywood -cómo olvidar su paso por la alfombra roja de la Berlinale con una bolsa de papel en la cabeza con la frase ‘ya no soy famoso’-; se alejó del mainstream y se dedicó a adaptar guiones de novelas gráficas para luego dirigirlos -algo que no le salió tan bien porque fue acusado de plagio-, y buscó su redención en el arte del performance –que podría considerarse como una genialidad o una tontería-.

Tuvo un intento de suicidio en sus peores días, mantuvo su etiqueta de chico problema, pero no ha dejado de actuar (Borg McEnroe, Nymphomaniac), y en ese ir y venir apareció un papel que caló hondamente en su psiquis: el del padre Pío. Dirigido por Abel Ferrara se metió en la piel del amado santo del siglo XX al punto de cambiar su religión -del judaísmo al catolicismo- y sus actitudes de vida –. En una entrevista compartió que se enamoró de Cristo para prepararse para el papel, mientras indagaba en la vida del sacerdote italiano. ¿Enamorado de Cristo? La cosa no paró ahí: en diciembre pasado recibió el sacramento de la Confirmación de manos del obispo Robert Barron de Winona-Rochester, Minnesota, y con la comunidad de los Capuchinos Franciscanos, donde anunció que considera ser diácono de la Iglesia Católica.

En una entrevista con The Hollywood Reporter, Shia compartió la importancia crucial que tuvo Mel Gibson –que hizo una versión bastante gore de La Pasión de Cristo– en su camino hacia el catolicismo. “Me introdujo a prácticas como la misa en latín y a profundizar en mi comprensión de la fe”.

Jim Caviezel en La Pasión de Cristo, película de 2004.

Foto:Icon Productions

Mel Gibson tuvo su transformación en el rodaje de la película. Los enredos con mujeres, el alcoholismo y las fiestas sin fin fueron parte de su rutina hasta que decidió hacer una versión más que realista sobre la pasión y muerte de Jesús (los planos de los latigazos contra el redentor son tan horrorosos como los asesinatos de Matanza en Texas). Para Gibson fue una revelación: a través del dolor, llega la sanación. Empezó a ir a misa, a rezar el rosario, “a arder por dentro”. Estaba listo para enfrentar las críticas por hacer La pasión, una película de las últimas 12 horas del nazareno, en latín y arameo, y de una tremenda violencia explícita.

La pasión de Cristo fue un parteaguas en las películas católicas y también significó la conversión de su actor, Jim Caviezel. “Yo era consciente de que debía representar a Cristo y que debía actuar como Él, por eso he querido recibir todos los día la eucaristía, para asemejarme más a Él… Después de haber actuado como Cristo en La pasión, me es imposible hacer algo que le ofenda a Él o a su santísima madre”.

Tom Cruise durante una conferencia de prensa con motivo de ‘Top Gun: Maverick’ en el Lotte Hotel de Seúl (Corea del Sur), el 20 de junio de 2022.

Foto:Han Myung-Gu/WireImage

En ese camino de ultracatólicos figuran también Mira Sorvino, Elijah Wood o el mexicano Eduardo Verástegui, de quien se decía dejó atrás su homosexualidad para dedicarse a Cristo.

La lista de conversos en Hollywood es larguísima. Unos por convicción, otros por el qué dirán o simplemente porque da clics y fama. Los cuestionados casos de Tom Cruise y John Travolta son tal vez de los más sonados gracias a su fiel seguimiento de la cienciología –una controvertida secta que a través de métodos científicos busca superar los traumas del pasado, eso sí, a cambio de una buena cantidad de dólares por sesión-, que da estatus y que se volvió en un símbolo de esnobismo y, según algunos de sus exmiembros, de represión.

También son famosos la afición de Madonna por la Kabbalah; el acercamiento de Julia Roberts al hinduismo, y los hoy reconocidos budistas Orlando Bloom, Tina Turner, Richard Gere y Sharon Stone (que salió de la cienciología para allá).

Dios, reguetón y ‘Gasolina’

Aunque para muchos las letras del reguetón y la fe cristiana están en las antípodas, la realidad es que varios artistas urbanos han cambiado radicalmente sus composiciones y estilos de vida para dedicarse a Dios. El caso más reciente es el de Daddy Yankee, que hace unas semanas dio su último concierto, La última vuelta World Tour.

“A todas las personas que me siguieron, sigan a Jesucristo que él es el camino, la verdad y la vida”, dijo en el Coliseo de Puerto Rico, mientras decenas de drones iluminaban el cielo con el mensaje ‘Cristo te ama’.

Daddy Yankee

Foto:EFE

La primera vez que Ramón Luis Ayala Rodríguez –Daddy Yankee– se acercó a la religión fue a los 17 años, cuando recibió un balazo en una pierna que lo mantuvo más de un año en cama y lo dejó con una leve discapacidad.

“Durante mucho tiempo he intentado llenar un vacío en mi vida que nadie podía llenar. Intenté llenarlo y encontrarle un propósito a mi vida. Tengo que decirles que esos días ya pasaron. No me avergüenzo de decirle al mundo entero que Jesús vive en mí y que yo viviré para él”, dijo el autor de clásicos del perreo como Gasolina, Rompe, Limbo o Llamado de emergencia.

Su nombre se suma a los de Vico C, Voltio, Héctor El Father –hoy pastor de una iglesia cristiana en Miami-, Farruko y Don Omar que encontraron en la religión la manera de mantener controladas sus adicciones y alejarse de la violencia.

“Me acerqué al cristianismo en la adolescencia, cuando vi a varios de mis amigos morir, víctimas de la violencia organizada. Yo en esa época vendía drogas”, confesó Don Omar en CNN.

Creyentes y rumberos

En esto de las conversiones hay músicos de todos los géneros: roqueros, baladistas, salseros, bachateros y vallenateros. El famoso Juan Luis Guerra dejó de cantar “Quisiera ser un pez para meter mi nariz en tu pecera”, en Burbujas de amor, para dedicarse a alabar al Señor en Las avispas: “Jesús me dijo, que me riera si el enemigo me tienta en la carrera”. Su conversión se dio en 2004 y a partir de ahí, su repertorio lo dedicó a Dios.

Yuri, la baladista mexicana que lidió con fuertes adicciones a la droga y el alcohol, pero sobre todo al sexo, solo halló paz en la religión. Ricardo Montaner, la cabeza del popular clan Montaner que incluye a Mau, Ricky, Evaluna y hasta al colombiano Camilo por adopción, se convirtió a la fe cristiana y dedica sus ganancias a la filantropía.

Ricky (izquierda), su prometida, Stefi Roitman; Evaluna y su esposo, Camilo; Ricardo, Marlene, Mau y su esposa, Sara, se dejaron grabar por meses en sus hogares. Disney Plus

Foto:Disney Plus

El acordeonero Iván Zuleta, del clan que encabeza su abuelo Emiliano, su papá Fabio y su tío Poncho, y pareja musical de Diomedes Díaz, Rafael Santos Díaz e Iván Villazón, dejó de beber y se consagró a Dios. A finales de 2022 confesó que se había subido al escenario sin tragos encima, por primera vez en 30 años de carrera.

El rey vallenato Sergio Luis Rodríguez hizo una carrera desde niño en el folclor. Desde Los Niños Vallenatos que se presentaron ante Bill Clinton, hasta consolidarse al lado de Peter Manjarrés y luego con Jorge Celedón. Sigue tocando y componiendo, pero su fe lo ha llevado a participar en el Festival de Vallenato Celestial. Y ha grabado álbumes de vallenato de contenido cristiano.

Pero uno de los casos más notorios del género es el de Dagoberto ‘el negrito’ Osorio que cuenta con un repertorio de álbumes cristianos (antes estuvo acompañando en el acordeón a Farid Ortiz). “Yo recuerdo que un día en Cartagena, después de estar con mi primo, me fui con una muchacha, hice tantas cosas, probé la droga. Y lo mirábamos como algo de caché, de relajo, que pa’ tocar sabroso…”, dijo en una entrevista.

Richie Ray y Bobby Cruz.

Foto:Archivo particular

Su composición más famosa es Cuidado con Judas, que se popularizó en la versión de Silvestre Dangond, que también acabó convertido al cristianismo después de sobrevivir a fiestas sin límites durante varios años.

Y para cerrar es imposible no mencionar el nivel de compromiso cristiano que Richie Ray y Bobby Cruz adquirieron desde 1974 dejando atrás la vida licenciosa, la santería –que fue insumo de muchas de sus canciones- y la interpretación de éxitos como Sonido bestial que los caracterizó. Aunque las estrellas de la Fania perdieron resonancia y seguidores, apostaron por amasar su camino al cielo. Amén.

SOFÍA GÓMEZ G

REDACCIÓN CULTURA

EL TIEMPO

*Con información de Efe

@s0f1c1ta

Más noticias



¡Vade retro Satanás! Las estrellas que abrazaron a Dios para huir de sus demonios