Juan Almendares Bonilla, el humanista comunitario al que Honduras le debe mucho

Admirador de Jesucristo y Mahatma Gandhi, confiesa que le hubiese gustado ser comunista, aunque esa definición ha sido utilizada por muchos para estigmatizarlo porque, dice que ignoran que el comunismo es demasiada ética y moral, como lo fueron los dos grandes personajes que él admira

Para censurarlo fue perseguido y condenado por los escuadrones de la muerte y condenando por la Alianza Anticomunista de la Argentina (AAA).

Por: Viena Hernández

Fotografías: Jorge Burgos

Tegucigalpa, Francisco Morazán. – Una mañana soleada de viernes, de esos días en los que el tiempo parece avanzar muy lento, el doctor Juan Ángel Almendares Bonilla nos recibió en su pequeña y acogedora vivienda para conversar sobre su vida, sus amplios conocimientos, sus ideales, su amor por el pueblo y, en especial, por los más desposeídos.

Alrededor de su casa — en una de esas colonias construidas en los últimos años en la salida que conduce a la zona sur—, sobresalían las plantas y arbustos que nos confirmaban su amor por la naturaleza y su amplio conocimiento en botánica.

Una vez que ingresamos y nos saludamos, con su espléndida amabilidad y un sentido del humor único, nos hizo sentir como en nuestra casa.

Nos encontrábamos con una eminencia, nos envolvió con su elocuencia, se trata quizás de unos de los pocos profesionales hondureños de escala mayor, un sabio y conocedor, de esas personas que no se conocen todos los días y que, en Honduras, lamentablemente, sus aportes no son aprovechados como se debería.

La hoja de vida del doctor Almendares es extensa y muy variada, pasando de las ciencias a las artes y desde la espiritualidad al conocimiento a partir de las diversas culturas que conoció gracias a sus estudios en varios países y la sabiduría adquirida al acercarse a escuchar a los pueblos.

ENTREVISTA BIOGRÁFICA

En exclusiva para Criterio.hn, sentados en su sillón, comenzamos esa plática enriquecedora y que se prolongó por más de dos horas, relató que desde muy joven se dio cuenta que no era cualquier conocimiento el que quería adquirir, le interesó siempre aprender de la gente humilde, de los abuelos y las abuelas, de esas personas que son menospreciadas por la sociedad pese a toda su experiencia.

Discriminar a las personas por el trabajo que ejercen jamás fue una práctica del doctor Almendares, al contrario, de cada persona aprendía mucho. Recordó una anécdota de cuando fue decano en la Facultad de Medicina, le llamó la atención ver cómo las mujeres conserjes contribuían en la salud de todo el edifico, pero su labor no era considerada.

El doctor se sentó a platicar con una de ellas, le pidió un favor, que le enseñara como trapeaba el piso, imaginó que seguramente ella pensó que estaba loco, pues se mostró sorprendida. Cuando ella preguntó la razón de su petición, él le respondió: “quiero aprender, porque es muy importante lo que usted hace”, entonces, de esa experiencia, con tan solo tomarse ese tiempo, reconoció que aprendió una serie de cosas, sobre todo porqué ese trabajo genera malestar en la espalda, cuestiones que el área de la salud debe evaluar.

Con solo conversar con la gente se pueden obtener tantas respuestas, así sucedió con la grave contaminación en el Valle de Siria, Francisco Morazán, debido a los desechos metálicos, expresó mientras acomodaba su bastón a su lado.

Reconoce que los estudios son importantes, pero al conversar un día con un campesino de la zona se dio cuenta que los metales pesados no se detectaban, porque los responsables regaban el tóxico en la noche para ocultarlo, en la mañana el río ya se lo habría llevado todo, así supo que el agua estaba contaminada con arsénico.

“Entonces uno encuentra que la sabiduría está en la gente del pueblo. A mi abuela le gustaba contar cuentos, ella no sabía leer, pero era una mujer muy sabia. Yo creo que la sabiduría está en todo ser humano y sobre todo cuando uno aprende en comunidad con la gente”, resaltó.

Almendares contó que su madre, María Antonia Bonilla, lo impulsó a estudiar medicina y botánica y que un día le dijo: “No te olvides nunca de las plantas, porque son muy saludables”, por eso, decidió que no solo quería ser médico, después también estudió ciencias.

“Entre otras cosas soy fisiólogo, además de médico, ecólogo y tengo ideas y teorías raras”, dijo con una sonrisa al describirse.

Su madre le inculcó valores, lo motivó en sus estudios y le enseñó a creer en el amor y la solidaridad, a evitar apegarse a algo tan fuerte, como en las religiones y que debía estar abierto a las ideas, siempre respetando a los demás.

“Mi mamá no fue a la escuela, aprendió a leer, pero me enseñó muchas cosas, me conversaba cuando yo estaba en la pancita de ella y me contaba cuentos -es lo que me decía ella- y yo creo que esa pedagogía de los sueños me comenzó a trabajar cuando yo no había nacido”, nos relató al desempolvar viejos e inolvidables recuerdos.

Nunca ignoró que había mucha sabiduría en el pueblo y al mismo tiempo conoció a gente muy preparada en el mundo. A lo largo de su vida tuvo la oportunidad de conocer todos los continentes, viajó casi por todos los países, conoció Rusia, China, Australia, Austria y muchos otros, pero remarcó que no lo hizo por tener dinero, sino porque ha sido invitado a reuniones de mucha índole.

En respuesta a la censura de los medios de comunicación y otros sectores perversos debido a su franqueza y ganas de servir a las poblaciones más vulnerables, fue determinante al apuntar: “Soy insobornable, nadie me puede comprar porque no me interesa”.

El doctor Juan Almendares Bonilla es asistido por Jefrey Izcano, un joven al que el exrector busca heredar sus conocimientos.

UN POCO DE SU HOJA DE VIDA

Almendares, actualmente de 83 años, nació en el legendario Barrio Medina de San Pedro Sula, Cortés, el 14 de agosto de 1939. Obtuvo su título como médico cirujano en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (1958-1965) de la que también, años después (de 1979 a 1982) fue rector.

Estudió en la Universidad de California, “Cardiovascular Reserarch Institute”, donde obtuvo un diploma por estudios realizados en Bioquímica y Fisiología entre 1966 y 1967.

Por sus estudios de Fisiología (1967-1968) la Universidad de Pennsylvania le otorgó un diploma y créditos de “División de Graduados de la Escuela de Medicina por estudios en Fisiología”.

En agosto de 1969, participó en el II Curso Internacional de Biofísica de Membrana, en la Universidad de Rochester, auspiciado por la Organización Internacional de Investigación Celular y por la Unión Internacional de Biofísica Pura y Aplicada.

Obtuvo un título de Máster en Ciencias, en la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos en 1970. Al regresar, en 1973, fungió como decano de la Facultad de Medicina de la UNAH.

Ha hecho una serie de aportes a la academia, entre estos, ha escrito libros, investigaciones y artículos. En 2018, obtuvo un doctorado en Ciencias Sociales en la UNAH. En 2003, estudió un doctorado en el área de Ecología, Salud y Desarrollo en la UNAH.

Ha escrito más de 300 poemas y otro tipo de escritos, sobre su vida, reflexiones, ideas, análisis y otros temas pedagógicos.

Tiene innumerables reconocimientos, el más reciente lo recibió el 20 de octubre de 2022 en el Congreso Nacional, como un agradecimiento a sus aportes y la indiscutible genialidad que representa para Honduras y a nivel internacional.

¿DE DÓNDE VIENE JUAN ALMENDARES?

El doctor Almendares demostró que todo conocimiento se puede acoplar, que todo aprendizaje sirve y, que, al saberlos ensamblar, podemos hacer grandes colaboraciones.

Empezó narrando que su madre no fue a la escuela, pero le enseñó grandes cosas para toda la vida. Ella le contó una historia, le dijo que había encontrado en un basural una caja de libros, le contaba historias bíblicas, le sembró el amor por la lectura y la escritura.

Fue a una escuela pública, a los seis años ingresó a la Escuela Pedro Nufio, todavía recuerda muy bien el nombre de todos sus profesores de primaria. Tuvo compañeros que tenían entre los 16 y 18 años, porque no existían las escuelas nocturnas.

No olvida que el primer día de clases el profesor se quitó el sombrero y puso su pistola sobre el escritorio advirtiéndoles: “Bueno quien me levante la mano, ya sabe a qué atenerse”, hecho que generó una enorme tensión. Luego se dieron cuenta que el profesor no era mala persona, aunque aparentara lo contrario, pues después de este bochornoso hecho pidió disculpas por lo sucedido.

Hubo dos hechos en su vida que lo conmocionaron y jamás olvida, uno es que ese profesor fue obligado a llevarlos a ver el fusilamiento de un privado de libertad en una cárcel de San Pedro Sula, con el propósito de que aprendieran a evitar hacer cosas ilícitas.

“La verdad es que nunca he olvidado todo eso, cuando nos llevaron a ver el fusilamiento de un preso. Ese fue el último año de la pena de muerte y estaba el General Tiburcio Carías de presidente. Eso lo recordé toda la vida. Y, luego, el trauma de haber visto a mi padre asesinado por problemas de tierras”, agregó reflexivo.

EN LA ESCUELA DE MEDICINA

Llegó muy joven a Tegucigalpa para estudiar medicina, aunque tenían problemas económicos su mamá siempre priorizó y tuvo el deseo de animarlo a estudiar, se sacrificó para apoyarlo. Le hacían falta varios libros y debía arreglárselas para estudiar con los de sus compañeros. Para entrar a las aulas de clase había que presentarse de saco y corbata, vestimenta con la que tampoco contaba.

“En el segundo año entré a un examen, en ese tiempo era muy formal la Escuela de Medicina, se necesitaba entrar de saco, corbata y yo no tenía nada de eso. Por eso no me gusta andar con saco, tengo muchos años de no ponerme”, comentó.

Para el tercer año de medicina no se alimentaba bien, un colega lo examinó y le diagnosticó que estaba enfermo del corazón, le recomendó dejar de estudiar medicina, que regresara a su casa a descansar y eligiera otra carrera, le obedeció de cierta forma, hizo todo el esfuerzo para recuperarse, pero regresó de nuevo, se dio cuenta que había sido un diagnóstico equivocado.

A su madre la recuerda como su gran maestra, sabía hipnotizar, conocía a las plantas y otras tantas cosas, le enseñó a escuchar, conversar y relacionarse con la gente humilde, por eso no solo debe su educación a sus maestros, también a su madre.

“Yo digo que uno no debe creer que solo debe aprender una cosa”, señaló muy convencido e incluso, además de toda la sabiduría y conocimientos adquiridos, dijo que le gustaba mucho el yoga y seguir estudiando la cultura de otros países.

Entre tantas cosas, le gusta mucho la teología, la liberación y tiene mucho interés por la visión espiritual. Le encantan historias como la de San Francisco de Asís, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, ha estudiado la Biblia, la cultura universal y leyó El Capital de Karl Marx.

Enfatizó que es importante la visión espiritual de la vida, respetar las ideas, porque el sectarismo y el fanatismo son terribles. Nunca tuvo prejuicios contra ninguna persona, contra ningún ser humano, al contrario, dedicó su vida a servir.

UN HUMANISTA INTEGRAL

“La gente cree que soy idealista o loco como Don Quijote, pero es que me gusta ser consecuente”, dijo sonriente. Apuntó que cree mucho en los jóvenes, en la necesidad de la participación de estos, aunque sean ideas diferentes.

Le gusta escuchar el pensamiento crítico y que lo cuestionen si hay algún desacuerdo, que se manifieste la libertad de pensamiento. “No me siento ni inferior ni superior a nadie, a ningún intelectual del mundo”.

Al doctor Almendares, por defender sus pensamientos e ideales, por tener fuertes argumentos al construir sus opiniones y por hablar con sinceridad, se le ha, incluso a lo largo de los años, tildado ridículamente de “come niños” y de ser comunista.

“Yo soy comunitario, me gusta lo colectivo, me gusta la comunidad, si eso es ser comunista me imagino que es muy difícil ser comunista. Me han preguntado de varias organizaciones, gente de Estados Unidos respecto a si soy comunista, yo les digo: ‘no, no soy comunista, debe ser difícil porque considero que es muy moral y ético’”, expresó sobre esos señalamientos.

Ejemplificó que, si Jesucristo y Mahatma Gandhi eran comunistas, a él también le gustaría haber sido un comunista.  Es así como el doctor Almendares se definió como un humanista integral, comunitario y muy de la práctica, una persona a quien le gusta mucho ser coherente con lo que dice.

AISLADO Y CENSURADO POR DEFENDER SUS IDEALES

Al conversar con el destacado académico, es evidente su brillantez, integridad y sus grandes aportes internacionales, por eso, esa censura de la que ha sido víctima solo deja ver que hay grupos que han intentado callar sus cuestionamientos, su forma diferente y avanzada de pensar, evitar que exponga sus teorías, debido a la fortaleza que tienen en sus argumentos que, por alguna razón, a muchos sectores no le conviene que estos sean compartidos al público.

Lo intentaron callar por varias razones, sospecha que entre estas están sus contundentes cuestionamientos contra la industria del complejo médico farmacéutico.

Otro motivo, podría ser su lucha contra la covid-19, desde otra perspectiva, oponerse a la ocupación del país y rechazar las versiones violentas militaristas.

Para censurarlo fue perseguido y condenado por los escuadrones de la muerte, condenando por la Alianza Anticomunista de la Argentina (AAA).

Increíblemente, también sospecha que para algunos resulta paradójico que él no cobre, es decir, que sea capaz de atender pacientes sin obtener ganancias. Está consciente que a muchos la coherencia de sus palabras con sus acciones les genera una extraña molestia.

“Una vez fundé una organización de terapistas de gente que no es médica, pero como al mes me estaban sacando de la organización porque yo no cobraba”, comentó.

Tampoco duda en cuestionar que los militares no rindan cuentas como lo hacen otras organizaciones, tomando en cuenta que todavía no hay un cambio sustancial y que deben ser francos sobre si siguen siendo servidores del Comando Sur, por ejemplo.

“Cuando me ha tocado defender un militar lo he hecho y ellos lo saben. Defender la vida de alguno de ellos que haya estado amenazado”, mencionó al agregar que jamás ha tenido nada en contra de ellos.

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UN DÍA EN LA VIDA DEL DOCTOR JUAN ALMENDARES

Su día inicia muy temprano, desayuna como a las 5:00 de la mañana y aprovecha para escuchar las ideas que difieren de las suyas, motivado a enriquecer sus ideas, pensamientos y análisis.

Luego, lo primero que hace es estudiar, pero no de una manera rígida, sino con el placer del aprendizaje. Después hace un poco de ejercicio, lo que le ha ayudado a recuperarse de la parálisis que sufrió hace unos años. Hace un poco de meditación y ejercicios respiratorios, mientras camina un poco.

“Ahorita estoy acostumbrándome a caminar sin bastón, cada día hago una innovación, aprendo algo nuevo, me gusta. Si algo que aprendo lo planteó diferente y luego voy comparando cada vez más un mundo infinito. Pero no es el deseo de aprender por egoísmo, aprender para servir. Ahorita estoy interesado en servir en medicina y en varios campos”, compartió.

A diario se desplaza a hacer sus actividades, algunas veces desde las 7: 00 de la mañana va camino a brindar atención a algunas personas, otros casos que estudia los maneja vía teléfono. En su agenda también incluye aportes de asistencia en derechos humanos.

Algunas veces sale a almorzar con sus compañeros y compañeras. Antes de acostarse, escucha música o toma papel y lápiz y da vida a un nuevo poema.

INCASABLE DEBORADOR DE CONOCIMIENTO

Cada país que visitó le dejó lecciones de vida. En muchas ocasiones salió a la defensa de personas que lo discriminaban por ser hondureño y supo desarrollarse aun con esas contrariedades y obstáculos con los que se encontró.

Cuando visitó grandes metrópolis como Estados Unidos, se asombró de muchas cosas, pero algo que destacó, es que, al salir de Honduras, uno de sus aprendizajes fue que “nuestro pueblo a pesar de que son atrasados, son sabios”. A pesar de haber conocido casi todo el mundo, nunca le llamó la atención quedarse en alguno de los tantos países que ha visitado, siempre se ha sentido muy orgulloso de su procedencia y, por ende, ha regresado a su terruño.

El doctor Almendares recordó que en uno de los países donde estuvo, una persona se burló de él, le preguntó por qué estaba estudiando ciencia si eso no le serviría en su país. No siendo suficiente, le preguntó por las contribuciones que ha hecho a la ciencia. Sin titubear, le respondió: “Pues fíjese que hicimos una contribución importante: el ‘totoposte’. Me preguntó qué era eso, y cualquiera podría reírse, pero el ‘totoposte’ tiene un secreto, permanece mucho tiempo y no se contamina, o sea es un descubrimiento en la conservación de los alimentos”.

El carismático exrector universitario se refirió a una torta o rosquilla elaborada a base de harina de maíz, un bocadillo muy crujiente de la gastronomía catracha.

Jocosamente, el doctor Almendares le dio otros ejemplos al escéptico extranjero, pero luego le explicó uno de los mayores aportes de la civilización Maya para el mundo, “los mayas descubrieron el cero, hacían estudios astronómicos, fue una de las civilizaciones más avanzadas del mundo y me quedé pensativo sobre esa pregunta”, luego de eso decidió escribir el artículo “Es posible la ciencia en países subdesarrollados”.

El doctor también se interesó por la filosofía, aunque un profesor europeo intentó desanimarlo diciéndole: “ustedes nunca van a aprender filosofía, la filosofía es de los griegos”. Comentó que estudió algo de filosofía y también un poco de semiótica.

“La verdad es que en mi juventud y a los 83 años yo sigo estudiando, y ahora estudio y me doy cuenta que existe una filosofía intercultural que realmente los indígenas le llamaban con otro nombre, pero hay filosofías lawal, filosofía maya, filosofía azteca, filosofía quechua, filosofía psicocultural, o sea, todas las culturas indígenas tienen filosofía”, descubrió.

Siempre supo cómo relacionar sus estudios y aprendizajes para crear nuevos aportes y descubrimientos, demostrando que todo tiene un enlace y cada aprendizaje es muy importante, no importa si son de ramas distintas, todo se complementa de alguna forma, por ejemplo, se dio cuenta que la filosofía es importante en la ciencia y que sin filosofía es imposible pensar.

EXCLUÍDO POR RAZONES IDEOLÓGICAS

“Me han acusado de tantas cosas, sobre todo de que tengo ideas socialistas que tampoco las niego”, mencionó Almendares.

Pese a ser un connotado médico, estuvo 20 años alejado de la medicina, además estuvo 15 años trabajando ad honorem en el hospital San Felipe, pues nunca le dieron trabajo, adujo que debido a razones políticas.

Fue hasta que hace poco, después del inicio del gobierno de Xiomara Castro (2022-2026) que volvió a ser tomado en cuenta, recibió una visita del actual ministro de Salud, José Manuel Matheu y de la viceministra Nerza Paz, una reconocida epidemióloga. Señaló que son médicos honrados y que tanto ellos como el Colegio Médico de Honduras (CMH) quieren hacer aportes para el país.

El doctor Almendares resaltó que ha tenido problemas para trabajar, por ejemplo, la UNAH lo ha excluido por 20 años, quizás por prejuicio político, mientras países como Estados Unidos le han permitido enseñar, aprovechando sus amplios conocimientos.

Sobre el doctor Matheu, señaló que ha sido muy cortés y lo invitó a dar una charla, abriéndole más posibilidades incluso que la propia Facultad de Medicina, de la que fue rector e impulsó durante tantos años.

Siente mucho pesar de no poder servir a la universidad que tanto apoyó, en la que se formó y de la que fue rector, sus conocimientos fueron desperdiciados por la casa de estudios, pues fue bien calificado por facultades de medicina del continente americano, esas evaluaciones lo posicionaron como uno de los cuatro mejores profesores de todo el continente, incluyendo Canadá y Estados Unidos. Aun así, en su país tiene 20 años en los que no se le ha permitido servir a la Escuela de Medicina.

Otro de los motivos por los cuales ha sido excluido es que señala las cosas con la verdad, con argumentos, aunque estos no agraden a las élites y grupos de poder, entre estas, la industria farmacéutica que, al parecer, está prohibido cuestionarla a toda costa.

El doctor Almendares, apuntó que el 80% de los medicamentos se originan de las plantas, pero que las personas por desconocimiento, muchas veces, “prefieren un botecito bien bonito que a la planta”, olvidando que también el veneno puede verse atractivo a la vista y venir empacado o embotellado.

Por eso, compartió que cree en la medicina de las plantas como también en la medicina farmacéutica, siempre y cuando sea usada correctamente. Razonó que hay cosas que los médicos no pueden curar, porque la causa o lo que origina la enfermedad no puede ser manejada por ellos, por ejemplo, lo que ocasiona la destrucción del bosque, el daño ecológico, lo que ocasiona la industria minera, lo cual intoxica a la mujer embarazada produciéndole un aborto o intoxica al feto durante su crecimiento, provocando malformaciones o cáncer.

“Nosotros tenemos que entender realmente que no somos dioses y hay otra cosa más que no podemos curar, lo que podríamos llamar la “enfermedad espiritual”, no podríamos curar el egoísmo, la ambición de estas grandes empresas destructoras de la vida”, reflexionó.

CULTURA DE LA CULPA O COLONIALISMOS MEDIÁTICOS

Entre sus profundos análisis, el doctor Almendares dijo que una vez escuchó a un hombre reprochar que “los hondureños no hacemos caso, que por culpa de nosotros hemos perdido este país”, lo cual lo motivo a señalar que es la injusticia que impera en Honduras lo ha hecho a la ciudadanía perderlo todo y obligarlos a migrar.

“Seamos médicos, periodistas, sea lo que sea siempre culpamos al hondureño o a Honduras, que nosotros tenemos la culpa y eso se llama ‘colonialismo mediático’, es decir, meterle en la cabeza la gente que es culpable”, sustentó.

“LA SALUD Y LA EDUCACIÓN SON UNA MERCANCÍA”

“El hambre no produce más muerte que la pandemia, ¿por qué no se destaca eso? Yo he tenido la idea de que la salud es una mercancía, es el mejor negocio del mundo, del capitalismo. La educación es el mejor negocio del mundo y solo imagínense cuánta restricción tiene ahora para estudiar medicina un joven. Cuánto le cuesta un médico en este país, quizá más de un millón de lempiras”, cuestionó Almendares durante su conversación con este medio digital.

Sobre la exclusión en la educación, el doctor señaló que no permitirles a los estudiantes ingresar a la carrera de medicina en la Universidad Nacional de Autónoma de Honduras, ha sido una forma de transferir millones al negocio educativo privado.

Para evitar malos entendidos, aclaró que no está en contra de la educación privada, pero afirmó que la universidad en Honduras debe ser del pueblo. Por esa razón, remarcó que la salud y la educación en este país deben ser gratuitas. Dijo que es increíble que se molesten con él cuando dice que necesitamos menos armas y más educación y salud, de las que está totalmente en contra de su privatización.

EL NEGOCIO DE LAS VACUNAS

“Necesitamos decir la verdad, yo por eso hablo de una ciencia con conciencia”, inició el doctor Almendares al abordar el tema de las vacunas contra la covid-19, de las que aseguró que no tiene nada en contra, pero que este se ha convertido en negocio para las grandes potencias.

“Una vez me iban a cancelar de un programa, la verdad es que yo tengo quizá la censura más grande en este país. Criterio me saca los artículos, pero casi nunca puedo hablar en ningún lado”, comentó el exdecano de medicina de la UNAH.

¿POR QUÉ TENEMOS PANDEMIA (COVID-19) ?: HEMOS DESTRUIDO EL PLANETA

El doctor Almendares relató que la sabiduría popular fue siempre la respuesta ante cualquier enfermedad en aquellos tiempos. La gente desconoce que comer cosas que no les gustan a las bacterias es un principio muy sencillo, como el ajo y otras plantas, por eso las personas tenían mejor salud y respuesta ante las enfermedades.

“La prueba bacteriana y microbiana, es clave para prevenir el covid”, encontró al analizar la enfermedad.

El doctor aprovechó para hacer un llamado a los médicos que son farmacólogos o que manejan medicamentos, para dejar de guardar silencio cuando hay vacunas o medicamentos que no son apropiadas, al convertirse en cómplices para beneficiar el gran negocio de las multinacionales farmacéuticas y dijo que ser uno de los pocos que no busca ser un encubridor ha sido uno de sus “grandes problemas”.

El confinamiento por covid-19 provocó más violencia contra la mujer, contra los niños y contra los pobres, incluso para enterrar a un ser humano hubo poco contacto, suma distancia, incluso los médicos que atendían la pandemia fueron rechazados por las comunidades.

EN CONTRA DE LOS BLOQUEOSY EL MILITARISMO

“He cuestionado mucho, no a la gente norteamericana porque les tengo mucho cariño, tengo amigos: hombres de ciencia y mujeres de ciencia.  Yo cuestiono la ocupación militar del país, el derecho a la soberanía, a la autodeterminación”, expresó Almendares.

Al referirse a Honduras, dijo que prevalece un Estado cuyo modelo no ha cambiado, pues está militarmente ocupado por Estados Unidos, es dominado por una oligarquía altamente poderosa donde las empresas hicieron contratos de concesiones de muchos años, dejando un país históricamente destruido.

El doctor Almendares exhortó a la unidad del pueblo y llamó al Colegio Médico, ente que consideró que ha dado muestras de una gran lucha por la salud de la ciudadanía que, luchen contra el Estado neoliberal, el Estado dependiente, ese Estado que sigue colonizado por las fuerzas de Estado Unidos.  Apuntando que apoya las reacciones de la población que se cansó de que Honduras sea recordada solo como una “república bananera”.

Al conversar sobre Latinoamérica, compartió que ningún país debería tener un bloqueo como ocurre con Cuba y Venezuela, pero enfatizó que incluso Honduras tiene un bloqueo histórico que no hemos reconocido, al respecto, aplaudió que la presidenta Iris Xiomara Castro Sarmiento lo mencionara en su discurso ante la ONU.

También destacó que la presidenta apoye que los tratados comerciales sean revisados, sobre todo porque abundan las empresas que han robado y han actuado sin ética. Lamentó que existan intelectuales, gente preparada, que manifieste su apoyo al sistema neoliberal, remarcando que solo un pueblo organizado puede generar verdaderos cambios en Honduras.

RACISMO, COLONIALISMO Y PATRIARCADO

A lo largo de los años, ha observado que persiste el fenómeno del racismo, colonialismo y del patriarcado, los cuales evidencian problemas ideológicos, pero, además, es resultado del profundo poder mediático de las oligarquías, en países donde la clase trabajadora ha sido oprimida y los pueblos indígenas y garífunas han sido víctimas de la desaparición forzada y hasta de asesinato, como sucedió con la lideresa Berta Cáceres por la defensa del ambiente y con Margarita Murillo, por impulsar un enfoque agroecológico.

El doctor Almendares advirtió que jamás debemos aspirar a ser como las grandes empresas transnacionales porque solo piensan en la destrucción de la comunidad. Desglosó que esas peligrosas empresas son las que producen bombas nucleares, los transgénicos, la biotecnología, impulsas las guerras bilógicas, generan las grandes pandemias, la gran cadena de la obesidad.

“Solo fíjese en nuestros alimentos que vienen del pueblo, son más sanos. Como he mejorado yo mi salud, comiendo cosas sencillas del pueblo. Debemos sentirnos orgullosos de lo que somos, aunque seamos humildes y pequeños”, compartió.

¿CAMBIOS SIGNIFICATIVOS EN HONDURAS?

Al analizar si Honduras surtirá cambios significativos para bien de la población o si la situación seguirá siendo la misma, dijo que hay que tener esperanza y recordó que no es nada abstracto, sino que se debe construir con la fe y la justicia. 

Afirmó que es muy importante basarse en la ética, pero no en una rigurosa, sino en la ética del respeto a la vida, porque la verdad descansa en el respeto a la vida, no es la mentira la que descansa en la vida. Sostuvo que existen pueblos muy grandiosos en el país.

Desglosó que hay una amplia colusión empezando porque Estados Unidos, las Fuerzas Armadas, el Ministerio Público, el Poder Judicial, apoyaron el régimen de Juan Orlando Hernández Alvarado (2014-2021).

Esos entes del Estado y otros sectores perversos se han encargado de intentar desprestigiar y perseguir a los defensores del medio ambiente, de los pueblos indígenas y garífunas.

Sobre si considera que cambiará la hegemonía mundial o si Estados Unidos seguirá siendo potencia, apuntó que es difícil saberlo, pero que definitivamente el poder imperialista de Estados Unidos ha ido mermando, aunque sigue siendo poderoso, al tratarse de una potencia industrial y financiera. Sin embargo, señaló que todos los imperios caen, pero es un pueblo que cuenta con gente valiosa, por lo cual es necesario aliarse con el pueblo para sacar las tropas y la influencia perversa que tienen algunos sectores dominantes del capitalismo norteamericano y europeo.

Sobre Latinoamérica y los nuevos mandatarios que se dicen ser de izquierda en sus discursos, mencionó que siempre ha presentado atención a la historia, tomó como ejemplo a Colombia, apuntó que su situación es complicada porque tienen presencia de siete bases militares de Estados Unidos, además de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Comparó que Honduras y Colombia son pueblos similares, pero en el caso de Honduras, se trata de un país tan humilde y clave importante para la geopolítica de Estados Unidos.

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Juan Almendares Bonilla
El doctor Juan Almendares Bonilla y la periodista de Criterio Viena Hernández charlaron extendidamente.

TALENTOS Y ARTES: SUS ESCRITOS Y POEMAS

El doctor Almendares ha dedicado gran parte de su vida a escribir artículos, investigaciones, diversos escritos y hasta poemas. Recordó que sus profesores de primaria le enseñaron y motivaron a aprender poesía y adquirir diferentes conocimientos.

Aprendió de profesores extraordinarios que lo motivaron mucho, siempre le encantó la lectura. Al mencionar sus poemas, describió: “La verdad me río de mis poemas, porque yo digo que son palabras sueltas, yo escribo por escribir, un amigo me hacía la broma que eran poemas feos. Me ha gustado mucho escribir y gran parte de ensayos escritos, poemas, vienen de la vida y creo que las metáforas pueden ser más ricas para mover el espíritu de la propia ciencia”.

Entre otros escritos, hizo un artículo sobre cómo se cambió la tabla periódica de elementos en Honduras y concluyó que la corrupción en este país es tanta que desaparecieron el hierro de ese instrumento para justificar que este elemento no es metálico y permitir la explotación de minas de óxido de hierro, afectando toda la zona de la reserva ecológica del Río Plátano.

“La poesía es creación, la palabra tiene fuerza y la palabra y literatura ha sido muy poderosa para mover los pueblos”, señaló. El doctor Almendares también reconoció el mensaje de la música de la cantautora Karla Lara, aplaudió que sea muy reconocida por animar la movilización del pueblo en protesta contra el golpe de Estado del 28 de junio de 2009.

El académico, también compartió que tuvo una amiga costarricense que le enseñó algo de pintura.

Sin duda el doctor Almendares es un intelectual sin precedentes, un ser humano que ha aportado inmensamente al país y dejará un gran legado a muchas generaciones y, aunque tuvo la oportunidad de quedarse en el país que quisiera, como en Estados unidos, Suecia o Costa Rica, sus raíces siempre han estado ligadas a su nación, se prometió que nadie lo sacaría de Honduras y se mantendría integro.

Su filosofía de vida ha sido la solidaridad, la amistad y disfruta mucho conversar.

De la vida, disfruta mucho el contacto humano, sostener una buena plática, ser solidario y el aprendizaje. Actualmente estudia más que antes, porque tiene más tiempo. No le preocupa la muerte porque sería muy individualista, le preocupa más vivir que morir.

“Aunque en la muerte, dicen los indígenas, uno se convierte en ancestro y los ancestros siguen viviendo”, añadió.

Entre las cosas que aún no ha hecho y le gustaría hacer, contó que quisiera aprender una lengua indígena u otros idiomas. Quizá también profundizar un poco más en la filosofía. Seguir amando a todos los seres humanos, sobre todo porque tiene un enrome cariño por sus hijos y por todos los compañeros y compañeras con quienes trabaja.

NOMINACIÓN A UN PREMIO DEL CONGRESO NACIONAL

A través de una ceremonia en el hemiciclo legislativo, a las 11:00 de la mañana del 20 de octubre del 2022, el presidente del Congreso Nacional, Luis Rolando Redondo Guifarro, entregó una medalla de oro y un pergamino de reconocimiento a honorables hondureños y hondureñas por sus contribuciones en el arte, deportes, cultura y academia, dentro y fuera del país.

Entre los galardonados estuvo el analista y escritor Víctor Meza, quien falleció el 15 de mayo de 2022, por lo cual la condecoración a su memoria fue entregado a su esposa, la socióloga Leticia Salomón.

Otra fue otorgada al sacerdote jesuita Ismael Moreno, al sindicalista Carlos H. Reyes y al doctor Juan Almendares Bonilla, quien había adelantado a Criterio.hn que recibirlo le permitiría dar un discurso de unidad.

“Nunca he luchado por un premio, he tenido algunos, pero obviamente mis antecedentes políticos han impedido mucho para que no se me den, pero he tenido apoyos grandes, he sido rechazado por mis ideas políticas”, indicó al mencionar que le sorprendió porque ha sido un personaje muy censurado por los medios y varios sectores por sus ganas de servir.


 


Soñadora incorregible, en todo lo que hago soy diferente y auténtica, quiero dejar legado en esta carrera que ha sido descuidada y utilizada, defiendo a los seres vulnerados y detesto la injusticia. Las artes, el estilo y la naturaleza son parte del libro de mi vida. Escribiendo encontré el sosiego para sobrevivir.

Creo reportajes y escribo sobre derechos humanos, migración, LGBTIQ+, mujeres, niñez, corrupción, arquitectura, análisis y comportamiento social, a veces una pizca de política. Creadora de Las 5 de Criterio.

Juan Almendares Bonilla, el humanista comunitario al que Honduras le debe mucho