Cesar Millan habla de su vida y su relación especial con los perros: “Tenemos que empujar juntos como latinos”

La escena siempre sorprende, aunque la hayamos visto decenas de veces: Cesar Millan encara a un perro con mala conducta o con actitud agresiva y, poco después de aplicar su método de entrenamiento, el can se le acerca con empatía y lo lame frente a las cámaras.

Esa breve ceremonia en la que Millan sonríe y muestra que todos los perros pueden mejorar es uno de sus sellos. Es la garantía que lo ha convertido en uno de los expertos caninos más célebres del mundo, debido a sus exitosos programas de televisión. Sin embargo, no es un oficio fácil.

“Yo pasé de ser entrenador de perros a entrenador de humanos. Por mucho tiempo, mi tagline era ‘yo entreno humanos, rehabilito perros’, así es como me di a conocer en el sur y el centro de Los Ángeles. La gente decía: ‘Ahí va el mexicano ese que camina con una manada de perros'”, comenta con una amplia sonrisa, en una entrevista con Noticias Telemundo desde su rancho en Santa Clarita, California.

Millan suele decir con orgullo que el núcleo de lo que sabe, los principios fundamentales de su excepcional entendimiento con los perros, lo aprendió de niño en el rancho de su abuelo en Sinaloa, donde todo mundo lo llamaba ‘El perrero’, porque ya andaba rodeado de sus compañeros de cuatro patas.

“Mis amigos salían de la discoteca en la madrugada y yo ya estaba caminando perros. Yo nomás iba a la disco a bailar, no iba a tomar. Entonces bailaba de 10 a 12 de la noche, ya después era pura borrachera en Mazatlán. Por eso me decían ‘El perrero'”, rememora.

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Sus ojos se entrecierran y estalla en una sonora carcajada cuando recuerda que a los 5 años, en 1981, escuchó al presidente mexicano José López Portillo decir en la televisión que defendería al peso mexicano “como un perro”.

“Pues, si era como un perro, no hay mejor persona en este mundo (…) ya luego me di cuenta de que tenía rabia ese perro”, comenta entre risas.

“Un perro es familia”

Para Millan, la observación profunda de los animales se convirtió en su segunda naturaleza. Mientras otros niños se dedicaban a la escuela y a jugar, él comenzó a estudiar a los perros, a preguntarse por qué se comportaban de determinadas maneras y comenzó a meterse en la cabeza de los canes.

El perro no te va a hacer caso si tu energía no está buena, por eso decidí entrenar a los seres humanos”

“Yo terminé siendo completamente diferente a lo que la gente quería. Las personas me decían: ‘Yo quiero que me entrenen a mi perro’, pero el perro no te va a hacer caso si tu energía no está buena, por eso decidí entrenar a los seres humanos (…) Ahora que hablo mejor el inglés me voy a estadios y voy a lugares donde puedo trabajar con 12,000 humanos y entrenarlos en dos horas”, explica.

Pese a no tener una formación académica formal, Millan ha logrado triunfar en Estados Unidos, donde se calcula que hay más de 83 millones de perros. Decenas de expertos han analizado —y en algunos casos critican— sus programas intentando descifrar cuáles son las claves de su notable éxito. Parece existir un consenso en que sus métodos se relacionan con el concepto de jerarquía social y la teoría de la dominancia.

Según esos principios, los humanos deben establecer su estado dominante, su posición alfa, a través de la disciplina y diversas rutinas de entrenamiento en las que las recompensas juegan un papel fundamental.

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“Los perros son tan cariñosos con nosotros porque reconocen que, en nuestro hogar compartido, tenemos un estatus social tan alto que lo único que pueden hacer es doblegarse ante nosotros (…) debemos reconocer la responsabilidad que tenemos como los individuos dominantes en esa asociación y tratar a nuestros perros con magnanimidad”, explica Clive Wynne, académico de la Universidad Estatal de Arizona.

En las mañanas, Millan dice que suele dar largos paseos con su manada de turno: una variopinta legión canina de más de 30 animales en la que los chihuahua y los terrier conviven con los pitbull, rottweiler y pastores. La rutina es simple, el ejercicio va primero, y luego llega el alimento, alternando trabajo con recompensas y, a veces, con un simple gesto los perros se calman como si fuera un truco de magia.

Cesar Millan en su rancho en Santa Clarita, California.
Cesar Millan en su rancho en Santa Clarita, California.Cesar Millan

“En Estados Unidos un perro es familia. Por ejemplo, supongamos que un perro es agresivo, mordió a alguien y te están demandando, pero llego yo, el latino Cesar Millan y curo al perro. Pues todo se arregla, el perro puede vivir y la vida continúa. Los latinos salvamos vidas, todo el tiempo”, advierte con seriedad.

Migrar para cumplir los sueños

Millan tenía 21 años cuando decidió salir de Mazatlán y viajar a Tijuana donde le pagó 100 dólares a un coyote para cruzar la frontera. Lo intentó varias veces y, el día que finalmente cruzó, tuvo que esperar mucho tiempo sumergido en el agua de una poza porque en Tijuana había llovido mucho, hasta que el hombre que lo guiaba le dijo que era el momento indicado para correr hacia Estados Unidos. Luego llegaría a una autopista donde un taxi lo trasladó a San Diego.

“Mucho de nuestra cultura y de nuestras costumbres tiene que ver con el empuje, con las agallas. Siendo sinaloense tienes esa fe en la familia, en progresar y creces en ese ambiente. Yo soy una composición de todo eso desde que nací en 1969 y todo lo que pasó en mi vida. Yo le dije a mi madre que quería ser el mejor entrenador de perros en el mundo y para lograr eso me tuve que ir de mi país”, explica con nostalgia. 

A inicios de los 90, Millan se convirtió en un personaje familiar en las calles de Los Ángeles, donde solía transitar rodeado de una fauna canina que llamaba mucho la atención. Mientras tenía otros trabajos temporales, comenzó a entrenar perros hasta especializarse en la psicología canina y el tratamiento de casos difíciles.

Tuvo tanto éxito que terminó trabajando con las mascotas de Oprah Winfrey, Jennifer Lopez y Jada Pinkett Smith, quien se convirtió en su gran amiga y le consiguió un tutor para que aprendiera inglés. En una entrevista en Red Table Talk, el programa de Pinkett Smith, Millan recordó su difícil tránsito entre las fronteras de México y Estados Unidos.

Los estadounidenses se van a lugares como el Everest a partirse la madre por gusto, pero nosotros lo hacemos para buscar una vida mejor, para tener papeles”

cesar millan

“En cuanto llegas al cruce, lo primero que ves es gente queriendo aprovecharse de ti. Pueden venderte, pueden matarte por órganos. Morir es más probable que lograr saltar”, confesó en ese programa.

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“Los estadounidenses se van a lugares como el Everest a partirse la madre por gusto, pero nosotros lo hacemos para buscar una vida mejor, para tener papeles. Recuerdo que cuando pasé la frontera me quedé dormido con un pedazo de cartón debajo de un puente”, explica desde su rancho en California.

Aunque sus programas se han transmitido en más de 80 países, no todo ha sido color de rosa para el célebre entrenador. En el documental Cesar Millan: The Real Story, se explayó sobre el año 2010, una temporada de malas noticias constantes que inició con la pérdida de 10 millones de dólares por malos negocios, la muerte de Daddy –su perro de 16 años– y el divorcio de Ilusion, su esposa. Sumido en una profunda depresión, dice que intentó suicidarse.

“Me quedé sin mi manada y fue un momento muy bajo. Lo que pasa es que los latinos traemos un código moral muy bonito que es la honestidad, la integridad, la lealtad y somos personas muy alegres. Pero cuando entras a Estados Unidos no entiendes el concepto del negocio y el dinero por lo que terminas firmando un contrato donde pueden ser dueños de ti y eso no lo comprendemos”, recuerda sobre esa época.

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Años después, Millan ha vuelto a la cima de su trabajo televisivo con un nuevo programa, muchos proyectos y una gran energía que despliega en todas sus redes sociales.

Somos una raza increíble para el planeta por la energía que tenemos”

Para él, todo su éxito se resume en lecciones simples, pero poderosas. “Se trata de tener integridad, lealtad, querer a Dios, a la mamá, a la patria y trabajar muy duro. No te quedas estancado porque somos una raza increíble para el planeta por la energía que tenemos”, asevera con la autoridad de un hombre que dice haberlo superado casi todo.

—¿Cuáles son las cosas que más le gustan de su herencia hispana?

—Lo que me encanta de mi cultura es que somos viejísimos por nuestros ancestros. Como mexicano mis raíces aztecas me conectan con la naturaleza, yo soy curandero. Creemos en Dios, no lo cuestionamos, y necesitamos la parte científica, pero también creemos en lo que nos dice la abuela. Hay muchas cosas hermosas que mantienen tu parte espiritual, tu instinto, muy bien.

—¿Y qué es lo que menos le gusta de esa herencia?

Las cosas que no me gustan son, por ejemplo, el machismo. Aún no tenemos bien definidos los valores humanos, el respeto a las mujeres, los niños y los animales. No me gusta la prepotencia, esa parte no saludable porque la he vivido y todos los latinos hemos tenido presidentes o líderes que no benefician a nuestras naciones.

—Miles de personas siguen cruzando la frontera como usted lo hizo hace tantos años para buscar una vida mejor, ¿cree que existe la posibilidad de que esa situación cambie en el futuro?

La migración siempre crea oportunidades, pero los humanos son los únicos que tienen problemas con eso”

—La migración es una cosa muy animal porque en la naturaleza migras para encontrar agua, comida, y a veces hasta una nueva novia. La migración siempre crea oportunidades, pero los humanos son los únicos que tienen problemas con eso.

Creamos fronteras y nuevas reglas porque queremos controlar territorios y nuestra economía, pero eso no tiene nada que ver con la espiritualidad de las personas. Si las personas están en un lugar muy agresivo y tienen que escapar, eso es algo que no se puede detener. Es como los búfalos que se mueven de un lugar de pastoreo a otro y es normal.

—¿Qué distingue a los latinos de otras comunidades en EE.UU.?

—Somos razas diferentes, costumbres diferentes, comida y música diferentes y nuestras mujeres son diferentes y eso es nuestra fuerza. Yo he estado en casi todo el mundo y puedo decir que somos los mejores para recibir gente y hacer que se sientan en familia. Eso no es algo que se ve en otras partes y nosotros lo tenemos.

Cesar Millan y Rio, su guacamayo, en Santa Clarita, California, el 11 de octubre de 2022. "El cambio va a pasar cuando haya muchísimos latinos en posiciones de liderazgo para mover el tema político", dijo en su entrevista con Noticias Telemundo.
Cesar Millan y Rio, su guacamayo, en Santa Clarita, California, el 11 de octubre de 2022. “El cambio va a pasar cuando haya muchísimos latinos en posiciones de liderazgo para mover el tema político”, dijo en su entrevista con Noticias Telemundo.Albinson Linares

—En el pasado, muchos latinos preferían no hablar en español en público por el miedo al bullying. Pero ahora el bilingüismo es cada vez más aceptado en EE.UU., ¿cómo es en el caso de su familia?

—Mis hijos primero aprendieron a hablar con los animales y luego empezaron a hablar español e inglés. Así que se manejan bien en los dos idiomas y estoy orgulloso de eso. Pero primero hablan con Dios y la naturaleza, porque la espiritualidad es un lenguaje y lo necesitas.

—Usted tiene una gran experiencia en la televisión, ¿cree que falta mejorar la representación de la comunidad latina en los medios audiovisuales?

—Yo pienso que eso es parte de la evolución que ya viene, porque antes los afroestadounidenses no tenían el poder que tienen hoy, así que a cada raza le llega su momento. Lo que tenemos que hacer es empujar juntos como latinos para que otras personas vean que también tenemos liderazgo, creatividad, buena energía y buenas ideas.

—Los latinos son la minoría más grande en EE.UU., ¿cree que eso podría propiciar un cambio político en el país?

—Creo que sí pero también tenemos que cambiar las palabras que nos mantienen en la parte de atrás de la manada, no podemos seguir aceptando la palabra minoría cuando somos un montón. Hay que cambiar eso porque muchas veces las palabras hacen que te quedes estancado y eso crea una sociedad que se mantiene estática.

El cambio va a pasar cuando haya muchísimos latinos en posiciones de liderazgo para mover el tema político, no pueden ser solo uno o dos latinos porque eso no es suficiente para mover la manada.

—¿Alguna vez le han propuesto ser candidato de algún partido político?

Hay que mover la educación, la forma en que nos comportamos como humanos y aprender de los perros”

—Pues conozco a muchos políticos y sí se me han acercado. Lo que pasa es que no mueven nada y yo estoy dispuesto a mover cosas. Hay que mover la educación, la forma en que nos comportamos como humanos y aprender de los perros, gatos, caballos y la naturaleza. Yo lo que quiero es cambio y a veces eso no les gusta.

Además, ahora puedes ayudar a cambiar las cosas con tu trabajo y tu esfuerzo. Si tienes fama y dinero, con los medios sociales ya eres tu propio presidente.

—¿Qué consejos puede darles a las personas que leen esta entrevista y tienen problemas con sus perros?

—El primer consejo es que no te enfoques en que tienes problemas con el perro: el problema no viene del perro, el problema viene de de ti porque no entiendes bien tu energía. Tienes que caminar al perro, retarlo mentalmente y darle afecto en el momento indicado.

No humanices al perro, mucha gente lo hace y eso solo trae problemas y choques porque estás entrando en un concepto que no es realista. El perro debe estar tranquilo y balanceado, porque si tiene ansiedad y está frustrado comienza a destruirte la casa, y no puedes darle afecto en ese momento. Eso solo va a nutrir su mala conducta. Tienes que tener dominio para que te respeten, y así lo puedes cuidar bien. Hay que enfocarse en desplegar energía, filosofía y acciones.

Edición: Eulimar Núñez

Cesar Millan habla de su vida y su relación especial con los perros: “Tenemos que empujar juntos como latinos”