Novena de Aguinaldos: rezo y canto del 16 al 24 de diciembre

La preparación para la llegada de la Navidad tiene muchas formas, y una de las más espectaculares son las Novenas Navideñas o de Aguinaldos, que se hacen durante los nueve días anteriores al nacimiento de Jesús, que es el motivo principal de la festividad.

Esta tradición es muy propia de países de Latinoamérica como Colombia, Venezuela y Ecuador. Sin embargo, cada año se extienden a otros rincones, gracias a la incorporación de nuevas culturas producto de la migración. Las diferencias que podemos encontrar en México, Costa Rica, El Salvador o Panamá, es que las denominan Las Posadas, pero son similares en esencia.

El origen de esta tradición se dio en 1743, cuando el sacerdote ecuatoriano Francisco Fray Fernando de Larrea escribí el primer esbozo de lo que hoy es la Novena de Aguinaldos.

¿Qué son las Novenas Navideñas y cuál es su significado?

Las Novenas de Aguinaldos son una tradición católica que tiene como objetivo dedicar rezos durante 9 días con un sentido de reflexión. Se suelen realizar en grupos de familias y amigos que no solo comparten una oración diaria, sino además la meditación de los pasajes de la Biblia sobre lo que vivieron Jesús y María en torno al nacimiento del Niño Dios.

Además de orar, se incluyen cantos alegres de villancicos. A las novenas también se les conoce como vigilias, ya que las personas que las realizan pueden incorporar diferentes acciones rezos y canciones a lo largo de varias horas.

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¿Cuántas Novenas de Aguinaldo son y cuándo inician?

Como su nombre lo indica, la novena son nueve días de rezos. Por ser un tiempo de preparación a la Navidad, se inicia el 16 de diciembre y termina el 24, en la víspera del nacimiento de Jesús.

La razón de que sean nueve días es que sirven para conmemorar las nueve etapas del viaje que hicieron José y María, entre Nazaret y Belén para el nacimiento de Jesús.

¿Cuál es el orden de la Novenas Navideñas?

Las novenas incluyen:

  • una oración para comenzar,
  • la lectura bíblica o tema de reflexión (es diferente cada día)
  • una oración a la Santísima Virgen,
  • la oración a San José,
  • los gozos,
  • la oración al Niño Jesús
  • y los villancicos.

Aunque las Novenas de Aguinaldos tienen una estructura más o menos fija, se suelen hacer variaciones para incorporar oraciones adicionales. Es por eso que encontrarás múltiples guías para hacer esta tradición. Lo que no puedes dejar por fuera son las oraciones a los homenajeados de esta fiesta: María, José y el Niño Jesús.

¿Cómo rezar la Novena de Aguinaldos 2022?Rezos, gozos y cantos de las Novenas de Navidad

Oración para comenzar (se repite cada día)

Benignísimo Dios de infinita caridad,
que tanto amaste a los hombres,
que les diste a tu hijo la prenda de tu amor,
para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen
naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio;
yo, en nombre de todas las personas,
doy infinitas gracias por este soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad
y demás virtudes de tu hijo humanado,
suplicando por sus divinos méritos, por las dificultades en su nacimiento
y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre,
que dispongas nuestros corazones con humildad profunda,
con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno,
para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.

(Rezar un Padre Nuestro)

Oración día uno (se lee el primer día de la novena: el 16 de diciembre)

Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del
incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el
ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu
mujer, te dará un hijo, a quien pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de
alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él
será grande a los ojos del Señor. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante
del Señor a prepararle un pueblo dispuesto a recibirlo”.
Pero Zacarías replicó:
¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es
de edad avanzada”. El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios.
He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás
mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído
en mis palabras que se cumplirán a su debido tiempo. Palabra del Señor.

San Lucas 1, 11-20

Oración día dos (se lee el segundo día de la novena: el 17 de diciembre)

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David,
llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde ella estaba y le
dijo: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo’. Al oír estas palabras, ella se
preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: ‘No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir
y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús.
María le dijo entonces al ángel: ‘¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco
virgen?’ El ángel le contestó: ‘El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado
Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un
hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible
para Dios’. María contestó: ‘Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me
has dicho’. Y el ángel se retiró de su presencia. Palabra del Señor.

San Lucas 1, 26-38

Oración día tres (se lee el tercer día de la novena: el 18 de diciembre)

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada
con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que por obra del Espíritu Santo,
estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo
ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo
de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha
concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre
de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del
Señor y recibió a su esposa. Y sin que él hubiera tenido relaciones con ella, María
dio a luz un hijo y él le puso por nombre Jesús. Palabra del Señor

Mateo 1, 18-24

Oración día cuatro (se lee el cuarto día de la novena: el 19 de diciembre)

En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de
Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el
saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del
Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: ‘¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a
verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno.
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte
del Señor. Palabra del Señor.

San Lucas 1,39-45

Oración día cinco (se lee el quinto día de la novena: el 20 de diciembre)

En aquel tiempo, dijo María: Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de
júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en
mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia
llega de generación en generación a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder
de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó
a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y a los ricos los despidió sin
nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había
prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre.
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa. Palabra
del Señor

San Lucas 1, 46-56

Oración día seis (se lee el sexto día de la novena: el 21 de diciembre)

Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un
censo de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador
de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así es que
también José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad
de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse,
juntamente con María, su esposa, que estaba encinta. Palabra del Señor

San Lucas 2, 1-5

Oración día siete (se lee el séptimo día de la novena: el 22 de diciembre)

En aquella región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, vigilando
por turno sus rebaños. Un ángel del Señor se les apareció y la gloria de Dios los
envolvió con su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: “No teman. Les traigo
una buena noticia, que causará gran alegría a todo el pueblo: hoy les ha nacido,
en la ciudad de David, un salvador, que es el Mesías, el Señor. Esto les servirá de
señal: encontrarán al niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”.
De pronto se le unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a
Dios, diciendo: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena
voluntad!”.
Cuando los ángeles los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:
“Vayamos hasta Belén, para ver eso que el Señor nos ha anunciado”. Palabra del Señor.

San Lucas 2, 8-15

Oración día ocho (se lee el octavo día de la novena: el 23 de diciembre)

Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde
está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y
hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó
entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde
tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: En Belén de Judá, porque así lo ha
escrito el profeta.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo
en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a
averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme
para que yo también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto, la estrella que
había visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba
el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Palabra del Señor.

Mateo 2, 1-10

Oración día Nueve (se lee el noveno día de la novena: el 24 de diciembre)

José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad de
Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba encinta.
Mientras estaban ahí, le llegó a María el tiempo de dar a luz y tuvo a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar
para ellos en la posada. Palabra del Señor.

San Lucas 2, 1-7

Oración a la Virgen (se repite cada día)

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país;
haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo
sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar.

Que estas fiestas de Navidad,
que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo,
nos unan también en el amor,
nos hagan olvidar las ofensas
y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

Oración a San José (se repite cada día)

¡Oh, Santísimo José!
Esposo de María y amoroso padre adoptivo de Jesús
damos infinitas gracias a Dios
porque te eligió para tan soberanos misterios y
adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza.

Te pedimos, por el amor que tuviste al Divino Niño,
me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente,
mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo.

(Rezar un Padre Nuestro)

Oración al niño Dios (se repite cada día)

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!,
que dijiste a la venerable Margarita del santísimo Sacramento,
y en persona suya a todos vuestros devotos,
estas palabras tan consoladoras
para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente:
“Todo lo que quieras pedir,
pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”.

Llenos de confianza en ti, ¡oh Jesús!,
que eres la misma verdad,
venimos a exponeros toda nuestra miseria.

Ayúdanos a llevar una vida santa,
para conseguir una eternidad bienaventurada. 

Concédenos por los méritos infinitos de tu infancia,
la gracia de la cual necesitamos tanto.

Nos entregamos a ti, ¡oh Niño omnipotente!,
seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza,
y de que en virtud de vuestra divina promesa,
acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.

Gloria al Padre

Gozos (se repiten cada día)

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

– Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.

– Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

– Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

– Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

– Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

– Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

– Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

– Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

– Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

3 villancicos para cantar en Novena de Aguinaldos

A la nanita nana

(Coro)
A la nanita, nana
Nanita, nana, nanita ea
Mi Jesús tiene sueño
Bendito sea, bendito sea

Oh niño en cuyos ojos el Sol fulgura
Cerrarlos acercarme de noche oscura
Pero cierra, bien mío, tus ojos bellos
Aunque tu madre muera sin verse en ellos

(Coro)

Fuentecilla que corres
Clara y sonora
Ruiseñor que en la selva
Cantando llora
Calla mientras la cuna
Se balancea
A la nanita, nana
Nanita ea

(Coro)

Burrito Sabanero

Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén
Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén

El lucerito mañanero ilumina mi sendero
El lucerito mañanero ilumina mi sendero
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén

Con mi cuatrico, voy cantando, mi burrito va trotando
Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén
Si me ven, si me ven, voy camino de Belén

Tuki tuki tuki tuki, tuki tuki tuki ta
Apúrate, mi burrito, que ya vamos a llegar
Tuki tuki tuki tuki, tuki tuki tuki tu
Apúrate, mi burrito, vamos a ver a Jesús

Tutaina

(Coro)
Tutaina tuturuma
Tutaina tuturumaina
Tutaina tuturuma turuma
Tutaina tuturumaina

Los pastores de Belén
Vienen a adorar al niño
La Virgen y San José
Los reciben con cariño

(Coro)

Tres reyes vienen también
Con incienso, mirra y oro
A ofrendar a Dios su bien
Con el más grande tesoro

(Coro)

Vamos todos a cantar
Con amor y alegría
Porque acaba de llegar
De los cielos el Mesías

(Coro)

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