Las guardias indígenas toman fuerza en Ecuador para proteger y conservar sus territorios – Rebelion

  • Los pueblos y nacionalidades
    indígenas en Ecuador contribuyen a la conservación de la biodiversidad.
    Con herramientas tecnológicas, como las imágenes satelitales, comprueban
    el alcance de la protección que hacen de sus territorios y las amenazas
    a las que se enfrentan.
  • El Primer Encuentro de
    Guardias Indígenas del Ecuador reivindicó los derechos de los pueblos y
    nacionalidades a la autogobernanza y autodeterminación. Los asistentes
    intercambiaron conocimientos y contribuyeron a la creación del Mandato
    Ley de la Guardia Indígena para fortalecer la defensa de los
    territorios.

Hace un siglo, durante el boom del caucho, Gawe vigilaba cada centímetro de su territorio. Caminando bajo la lluvia amazónica, a ratos sentado bajo un tronco, el joven waorani cuidaba que ningún cowori, o extraño, cruzara esos límites.

Gilberto Nenquimo, presidente de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE),
cuenta que defender su territorio ha sido, para los waorani, una
cuestión de vida o muerte desde que ocurrió el primer encuentro con
foráneos. De ese bosque han obtenido agua, alimentos, medicinas y las
herramientas necesarias para su subsistencia. En ese bosque habitan los
espíritus de sus ancestros, convertidos en jaguares protectores de la
selva.

Con la presión de los colonos, muchos waorani volcaron sus esfuerzos a
cubrir nuevas necesidades impuestas desde las ciudades. Desde hace
cinco años, el incremento de la actividad petrolera, la minería y la tala ilegal
obligaron a los waorani a retomar el legado de Gawe. Al menos dos
docenas de hombres y mujeres conformaron grupos de monitores y guardias
para defenderse de nuevas amenazas.

Los waorani no son los únicos que están organizándose para cuidar sus
espacios de vida. Alrededor de una decena de guardias y monitores de
diferentes pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador asistieron al Primer Encuentro de Guardias Indígenas del Ecuador el pasado 10 de septiembre.
La reunión fue convocada por la Confederación de Nacionalidades
Indígenas del Ecuador (Conaie), la Confederación de Nacionalidades
Indígenas Amazónicas del Ecuador (Confeniae) y la comunidad A’i Kofán de
Sinangoe, con el apoyo de la Coordinadora de las Organizaciones
Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) y Amazon Frontlines,
una ONG cuya misión es apoyar las luchas de los pueblos indígenas
amazónicos para defender sus derechos y los de la naturaleza.

Los indígenas tienen que caminar largas distancias para vigilar sus
territorios, pero también tienen que estar preparados para defenderse de
cazadores, mineros y madereros que entran ilegalmente a las propiedades
comunales. Los poblados de la frontera colomboecuatoriana corren un
riesgo aún mayor: grupos armados quieren apoderarse de sus territorios
para sembrar coca, procesarla y traficar cocaína.

Mujer
waorani con el chaleco de la guardia Meñabai, iniciativa de las
comunidades de Pastaza para cuidar los territorios de amenazas como la
tala de árboles o minería. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.

“Los abuelos tenían la capacidad de cuidar el territorio a través del
tigre, por la tierra; de la boa, por el agua, y del águila, por el
aire. Desde un solo lugar, desde la casa de remedio”, dice Mario Erazo,
en referencia al yagé o ayahuasca, considerada la medicina o el remedio
ancestral amazónico. Erazo es el coordinador de territorio en el resguardo Siona de Buenavista,
en territorio colombiano, y en plena frontera con Ecuador. Pero todas
las presiones colonizadoras y los intereses extractivos han afectado la
espiritualidad de este pueblo indígena. “Los abuelos que aún practican
la medicina reconocen que se ha debilitado y que hay menos capacidad de
cuidar un territorio espiritualmente”, continúa. Entonces, en 2008 se vieron obligados a conformar una “guardia visible”, con hombres, mujeres y jóvenes.

Una de sus primeras victorias fue haber informado y unido al
resguardo para rechazar cualquier intervención petrolera en su
territorio. En 2019, la empresa británica Amerisur Resources hizo una
consulta previa para realizar una exploración sísmica en el territorio
ancestral, también conocido como Pueblo Ziobain. Las
comunidades Bajo Santa Elena y Santa Cruz de Piñuña Blanco —todas ellas
vecinas de Buenavista—, permitieron la entrada de la empresa
, pero
al poco tiempo se dieron cuenta de que no fueron informadas con
honestidad sobre los impactos que desencadenarían las actividades.
Aunque Buenavista fue la única que le dijo que no al petróleo desde el
principio, hay operaciones a menos de 4 kilómetros del resguardo. Esto
ha provocado que sus habitantes, según dicen, sufran por la contaminación provocada por los derrames de crudo y por los ruidos de las máquinas.

Para Erazo, la Guardia cuida al territorio y a sus habitantes para evitar la desaparición de esta población.
En esa línea, se procura que los miembros reciban formación cultural,
en derechos y en distintas áreas que permitan que este grupo sea un
semillero de líderes y lideresas. En este 2022 empezaron a formarse en
el uso de tecnologías como drones, cámaras trampa y herramientas de
georreferenciación para obtener datos que les permitan visibilizar las
amenazas a sus tierras.

Integrantes de la guardia indígena Siona de las comunidades Wisuya- Buenavista viajaron desde la frontera de Ecuador y Colombia hasta la comunidad A’i Cofán de Sinangoe. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.
Integrantes
de la guardia indígena Siona de las comunidades Wisuya- Buenavista
viajaron desde la frontera de Ecuador y Colombia hasta la comunidad A’i
Cofán de Sinangoe. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.

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La tecnología, aliada del conocimiento ancestral

En Ecuador, Sinangoe es una de las comunidades con más experiencia en
el uso de tecnologías para el monitoreo de su territorio. En 2017, los
indígenas A’i Kofán de esta comunidad conformaron su guardia y emitieron
su Ley Propia de Control y Protección del Territorio Ancestral. Estas resoluciones se tomaron en asamblea general, después de que, por cerca de un año, un
grupo monitoreó las 62 000 hectáreas del territorio y encontró pruebas
de que su casa común estaba en riesgo por actividades como la minería,

la tala o la caza realizada por colonos. Esto sucede a pesar de que el
territorio de Sinangoe está dentro del Parque Nacional Cayambe Coca y
que debería contar con la protección estatal. Esta área protegida fue
creada en 1970 de manera unilateral, sin consultar a sus habitantes
ancestrales.

Nicolás Mainville, biólogo y coordinador de defensa territorial de
Amazon Frontlines, acompañó la formación en tecnologías y la
construcción del plan de vigilancia territorial de la comunidad de
Sinangoe. Él dice que las cámaras trampa son una de las herramientas más
usadas. Mainville recuerda que los indígenas aseguraban que en su
territorio estaban pasando cosas, pero no sabían exactamente qué. La
primera vez que revisaron las cámaras se encontraron con 180 imágenes
que revelaban el ingreso de grupos mineros organizados que llegaban con
gasolina, motores, motosierras, escopetas y otras armas y herramientas.
Con esta información, los recorridos de la naciente guardia se volvieron
más frecuentes y se apoyaron en la Ley Propia para notificar, requisar y
denunciar a los invasores.

En 2018, en uno de los recorridos, la Guardia encontró retroexcavadoras en busca de oro en el río Aguarico,
la principal fuente de agua, alimento y vía de transporte de Sinangoe.
Al hacer una búsqueda en internet, se enteraron de que el Estado había
otorgado 22 concesiones mineras sin realizar una consulta.
Y no solo eso, otras 30 concesiones estaban en trámite. “El uso de la
tecnología ha sido clave porque podíamos demostrar el daño en la
ubicación y fecha exacta”, dice el biólogo.

Sinangoe empezó una batalla legal que finalizó a inicios de 2022,
cuando la Corte Constitucional ratificó un fallo que destaca que su derecho a la consulta previa, libre e informada fue violado. La sentencia también reconoce el derecho a la autodeterminación
y autogobernanza de los pueblos y nacionalidades indígenas para
“mantener, desarrollar y fortalecer libremente su identidad, sentido de
pertenencia y formas de organización social”.

Además de la jurisprudencia emitida por la Corte, a las guardias
indígenas les cobija un amplio marco legal. Por ejemplo, el artículo 171
de la Constitución del Ecuador
indica que “las autoridades de las comunidades, pueblos y
nacionalidades indígenas ejercerán funciones jurisdiccionales, con base
en sus tradiciones ancestrales y su derecho propio, dentro de su ámbito
territorial, con garantía de participación y decisión de las mujeres”.
Por su parte, en el artículo 8 del Convenio 169 de la OIT se lee: “Deberán tomarse debidamente en consideración sus costumbres o su derecho consuetudinario”.

Representantes de más de diez pueblos y nacionalidades indígenas participaron en el I Encuentro Nacional de Guardias Indígenas del Ecuador. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.
Representantes
de más de diez pueblos y nacionalidades indígenas participaron en el I
Encuentro Nacional de Guardias Indígenas del Ecuador. Foto: Jerónimo
Zúñiga / Amazon Frontlines.

Lo anterior contradice el discurso que han intentado imponer los
gobiernos de Lenín Moreno y Guillermo Lasso, donde han tildado a las
guardias indígenas de grupos paramilitares o parapoliciales.

“La guardia es un ejercicio de nuestro propio derecho, que viene
desde nuestros orígenes, desde nuestros abuelos. Ellos han sido los
cuidadores del territorio”, explica Álex Lucitante, indígena A’i Kofan
ganador del premio Goldman 2022, junto a Alexandra Narváez. Esta protección ancestral puede corroborarse con imágenes satelitales de Global Forest Watch
que muestran que, mientras la deforestación avanza en el Parque
Nacional Cayambe Coca, esta se detiene en los límites del territorio
ancestral de Sinangoe, que es protegido por la guardia y sus habitantes.
Una imagen satelital revela que 1 870 hectáreas han sido deforestadas entre 2001 y 2021 en los 10 primeros kilómetros contados desde los bordes del área protegida, según Global Forest Watch.

Lo anterior es una muestra de su capacidad de protección y conservación frente a lo que Amazon Frontlines ha llamado el fracaso de las entidades gubernamentales
que están obligadas a evitar las actividades extractivas en las áreas
protegidas, pero no hacen un efectivo control. En el caso de Sinangoe,
los colonos también han llegado a su territorio en busca de madera y
deforestaron 10 hectáreas a inicios de 2022, pero la Guardia los detuvo y
denunció el hecho a través de un boletín de prensa en abril de este año.

Guardaparques de la reserva estuvieron presentes en esta patrulla, de
acuerdo con Mainville. Los representantes del Ministerio del Ambiente,
Agua y Transición Ecológica han iniciado un procedimiento
administrativo. La entidad aseguró que se estableció una multa cuyo
monto no detalló.

“Tenían tres días para producir un informe de este recorrido (…) Nos
dijeron que iban a enviar el informe a la comunidad, lo que nunca se
hizo”, asegura Mainville. Hace un mes, en otro recorrido, la guardia y
los guardaparques volvieron a encontrarse. “Dijeron que el informe
todavía está en manos del jurídico, que no está disponible para
revisión”, añade el biólogo.

El territorio Cofan de Sinangoe se ha mantenido protegido pero las huellas de la deforestación han rodeado su territorio, según muestran estos datos entre el 2000 y el 2020. Mapa: Elaboración Amazon Frontlines.
El
territorio Cofan de Sinangoe se ha mantenido protegido, pero las
huellas de la deforestación han rodeado su territorio, según muestran
estos datos entre el 2000 y el 2020. Mapa: Elaboración Amazon
Frontlines.

El Estado ecuatoriano también permitió la construcción del Proyecto Multripropósito Hidroalto
en el río Due, ubicado dentro del Parque Nacional Cayambe Coca en el
2015. Este también estaba destinado a la captación de recursos para
ofrecer el servicio de agua potable, pero después se quedó solo como Proyecto Hidroeléctrico Río Due.
“El impacto directo de esa represa, que fue construida sin consulta, es
que ahora el río Khekhuno [afluente del Due], que es un río sagrado
para los kofanes, está vacío de peces. No hay ningún pez subiendo,
porque hay un muro que no permite la migración y es algo que impacta
bastante a este pueblo de pescadores”, dice Mainville.

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Conformar guardias para preservar la existencia

Si en Sinangoe las últimas pendientes de los Andes dificultan el recorrido del territorio, el reto para los waorani es la extensión de sus propiedades ancestrales, que suman 802 220 hectáreas.
Para abarcar la protección, el Consejo de Gobierno de la Nacionalidad
Waorani del Ecuador (NAWE) trabaja en la creación de tres guardias que
operen respectivamente en las provincias ocupadas por ellos: Orellana,
Napo y Pastaza.

Meñebai, composición en el idioma wao tededo que quiere decir “soy
jaguar”, es la primera guardia waorani conformada y opera en la
provincia de Pastaza que, a diferencia de las provincias de Napo y
Orellana, no ha sufrido tanta intervención por parte de la industria
petrolera. Cuando este grupo estaba naciendo, en pleno inicio de la
pandemia por coronavirus, registró la construcción ilegal de un acceso
entre las comunidades Meñepare y Obaro. Esta vía se abrió, cuenta Luis
Enquere, dirigente de Territorio de la Organización Waorani de Pastaza
(OWAP), con la aparente excusa de extraer madera de balsa. Sin embargo,
la guardia Meñebai encontró máquinas para la extracción de oro. A través
de conversaciones con los actores ilegales, los expulsaron y detuvieron
el avance del daño.

No obstante, la minería no ha dejado de ser una amenaza latente para
este territorio ancestral. La guardia, según afirma Enquere, ha “parado a
mineros ilegales” que estaban extrayendo oro de las cabeceras de los
ríos Curaray y Zapino. Este último es una fuente de pesca para los
waorani. Para evitar nuevas incursiones, la guardia Meñebai está
construyendo una casa de monitoreo en la zona y realiza recorridos
quincenales. A este lugar también se acercan pescadores foráneos que
usan barbasco, tóxico natural que puede ocasionar la muerte de cientos
de peces, provocando una gran pérdida de las fuentes alimenticias para
quienes habitan en estos territorios. “Antes era mucha actividad directa
de pesca todos los días, ahora ha bajado”, dice Enquere sobre los
resultados de la guardia.

A los waorani también les preocupa otro acceso, un proyecto vial de
la prefectura de Pastaza que llegará hasta la comunidad de Toñampare. “La prefectura no consultó a las comunidades vecinas”, asegura Enquere, aunque la misma población waorani de Toñampare promovió este camino.

Ceremonia en homenaje a las personas asesinadas en el paro nacional de junio de 2022. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.
Ceremonia en homenaje a las personas asesinadas en el paro nacional de junio de 2022. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.

Esta población es considerada la capital de los waorani en Pastaza,
por lo que las 46 comunidades de esta provincia también querían ser
tomados en cuenta en esta decisión, explica Darío Villacís, parte de la
NAWE. “La vía ni siquiera ha llegado todavía a las comunidades pero ya
está sonando tremendo problema”, añade Enquere.

La guardia Meñebai ya se ha reunido con la NAWE para planificar
acciones que eviten nuevos asentamientos a lo largo de la vía e ingreso
de coworis o fóraneos con intereses extractivos.

Gilberto Nenquimo destaca que, además de la guardia, se conformó
Kenguiwe, un grupo de monitores preparado para usar tecnologías que
registran de manera automática delitos ambientales en una base de datos
que recibe la NAWE, con el fin de enviar denuncias al Ministerio del
Ambiente. “La denuncia es la última opción, también se resuelven
temas internamente”, dice un miembro de Kenguiwe que prefiere no ser
identificado.
A través de los informes de este equipo de
monitores, la NAWE dice que ha denunciado al MAATE la apertura del
acceso vial entre las comunidades de Meñepare y Obaro, la extracción de
balsa y la minería ilegal. “¿Ha hecho algo el MAATE? No, solo culparse
las responsabilidades entre ellos y la Fiscalía”, asegura el monitor.

Por otra parte, Nenquimo también cuenta que presentará un proyecto
para la creación de la guardia de Napo en noviembre de este año, en la
próxima asamblea ordinaria de la Nacionalidad Waorani y que, en febrero
de 2023, tendrán lugar las elecciones del nuevo Consejo de Gobierno de
la NAWE, por lo que la creación de la guardia de Orellana y la
continuación del proyecto de guardias quedará en manos de las nuevas
autoridades. Para Nenquimo, continuar con la conformación de guardias es
una forma de preservar la existencia y la cultura waorani.

Mongabay Latam y La Barra Espaciadora
pidieron información actualizada al MAATE sobre las acciones que ha
tomado después de conocer las denuncias que han generado estos grupos de
guardias y monitores, sin embargo, hasta el cierre de esta publicación
no respondió .

En el espacio techado en la comunidad A’i Kofán de Sinangoe se desarrolló el I Encuentro de Guardias Indígenas. En este mismo espacio, los jueces de la Corte Constitucional realizaron la primera audiencia en territorio indígena, en noviembre de 2021. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.
En
el espacio techado en la comunidad A’i Kofán de Sinangoe se desarrolló
el I Encuentro de Guardias Indígenas. En este mismo espacio, los jueces
de la Corte Constitucional realizaron la primera audiencia en territorio
indígena, en noviembre de 2021. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon
Frontlines.

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La decisión colectiva de fortalecer la guardia indígena

El Encuentro de Guardias avanzó en la cancha cubierta de Sinangoe,
donde dirigentes de unos 20 pueblos y nacionalidades indígenas se
presentaron y hablaron sobre la necesidad de conformar guardias para
protegerse de los peligros que acechan a sus territorios ancestrales. En
la reunión se habló de muchos otros casos, por ejemplo, el del pueblo
kichwa de Santa Clara que resiste ante la construcción de una
hidroeléctrica en el río Piatúa,
considerado sagrado por ellos, o el de los kichwas de Archidona que se
enfrentan a la minería ilegal en el norte de la amazonía ecuatoriana.

“Este encuentro es la decisión colectiva de fortalecer la guardia
indígena en sus múltiples expresiones, porque no es una guardia única y
homogénea, es una guardia diferente dependiendo del territorio, del
pueblo, de la nacionalidad, pero que tiene un elemento común y es la
defensa de la vida y la defensa de los territorios”, dice María
Espinoza, abogada de Amazon Frontlines y defensora de derechos humanos.

El bastón de mando, decorado con pañuelos y cintas, es el símbolo de fuerza y de la autoridad comunitaria de la guardia indígena. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.
El
bastón de mando, decorado con pañuelos y cintas, es el símbolo de
fuerza y de la autoridad comunitaria de la guardia indígena. Foto:
Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.

Para Andrés Tapia, dirigente de comunicación de la Confeniae, el
objetivo del evento fue “dejar muy claros los principios de la guardia,
para que su creación no se tergiverse, que no se confunda con
asociaciones que no tienen nada que ver con precautelar la integridad
social y la integridad territorial”.

Es más, el primer Encuentro de Guardias Indígenas del Ecuador se dio
durante la realización de las mesas de diálogo acordadas entre el
gobierno de Guillermo Lasso y la Conaie, después del paro nacional de
junio de este año, y que se cerrarán —según los cronogramas publicados—
el 12 de octubre de 2022. Este recurso fue una salida a las
manifestaciones de 18 días que protagonizó el movimiento indígena y que paralizaron al país.

El presidente de la CONAIE, Leonidas Iza (centro), posa junto a integrantes de la guardia indígena del CRIC de Colombia, que formó parte del intercambio de saberes. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.
El
presidente de la CONAIE, Leonidas Iza (centro), posa junto a
integrantes de la guardia indígena del CRIC de Colombia, que formó parte
del intercambio de saberes. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.

La Conaie y otras organizaciones indígenas le pidieron al gobierno,
entre otras cosas, que se detenga la expansión petrolera y minera en los
territorios de los pueblos y nacionalidades indígenas. En la mesa
destinada a discutir este tema se acordó la moratoria, durante al menos
12 meses, de 15 bloques petroleros del sur del país, no otorgar títulos
mineros hasta que exista una normativa de Consulta Previa y la creación
de una comisión técnico ambiental para identificar y remediar los
pasivos ambientales.

El 11 de septiembre, el último día del encuentro de guardias indígenas, los asistentes contribuyeron a la creación del Mandato Ley de la Guardia Indígena,
que determina fortalecer y consolidar la guardia, fortalecer la
estructura de gobierno propio, defender los derechos colectivos,
desarrollar estrategias y mecanismos de defensa, entre otros.
Veintisiete dirigentes de los pueblos y nacionalidades indígenas del
Ecuador, encabezados por el presidente de la Conaie, Leonidas Iza,
firmaron el documento. “Me parece un evento muy importante que no tiene
nada que ver con las acusaciones que nos han hecho de vandalismo,
terrorismo, nada de eso. Simplemente que podamos todos, de manera
disciplinada, cuidar nuestros territorios apegados a los derechos
constitucionales e internacionales”, dijo Iza.

* Imagen principal: Integrantes de las guardias indígenas, con su ropa tradicional, bastones de mando y lanzas, en la formación para dar inicio al Encuentro de Guardia Indígena. Foto: Jerónimo Zúñiga / Amazon Frontlines.

*Este reportaje es una colaboración periodística entre Mongabay Latam y La Barra Espaciadora.

Fuente:



Las guardias indígenas toman fuerza en Ecuador para proteger y conservar sus territorios – Rebelion