“En Qatar hay mucha oportunidad de compartir las buenas noticias del evangelio”

No era un secreto el hecho de que podía preverse que la Copa Mundial de Fútbol de Qatar 2022 iba a ser uno de lo campeonatos más polémicos de la historia. Y no solo por jugarse en noviembre, lejos de la época veraniega que suele acoger el torneo cada cuatro años. Últimamente, ya ni siquiera por el escándalo de corrupción en la FIFA con el está relacionado el evento. 

Los temas que centran ahora el debate sobre el Mundial son, por ejemplo, las condiciones de las personas que han trabajado en la construcción de los estadios que acogen los partidos. En su día se hablaba de más de 15.000 muertos, pero se trataba de una mala comprensión de unos datos recopilados por Amnistía Internacional. Parece que la cifra podría acercarse a las 6.500 personas que publicó el periódico británico The Guardian, una cifra que no ha sido desmentida, pero tampoco confirmada por las autoridades qataríes. 

A esta cuestión se le suman otros puntos señalados por organizaciones en defensa de los derechos humanos, como la situación de la mujer, la protección de minorías y también la libertad religiosa. “Las sombras del mundial son eso mismo. Desde Qatar sabemos que es muy difícil obtener información oficial de ciertas cuestiones. Esta falta de transparencia queda como una sombra muy difícil de esclarecer, porque no conocemos los datos reales”, explica a Protestante Digital Sandra Testino, una cristiana evangélica que reside en el emirato pérsico desde hace seis años y medio.

Poco se conoce, en realidad, acerca de Qatar, y las imágenes que se observan estos días están vinculadas a un acontecimiento considerado de alcance internacional, como es la celebración de un Mundial. “La celebración del Mundial para los residentes en Qatar es un motivo de alegría, y para los qataríes es especialmente un orgullo. En todos los colegios, supermercados y zonas residenciales se han desplegado las banderas de los equipos que van a participar, y la gente está a la expectativa”, apunta Testino.

Desde otra perspectiva, organizaciones como Puertas Abiertas consideran que la celebración del Mundial les ofrece “la oportunidad de sacar a la luz la interpretación estrecha de Qatar sobre la libertad religiosa”. “Un evento como la Copa Mundial de la FIFA nos brinda una plataforma para llamar la atención sobre las restricciones legales y sociales impuestas a los cristianos en Qatar”, remarca la portavoz de la organización en Oriente Medio, Anastasia Hartman, junto con Rachel N., de la ONG Care4You, que trabaja con actores sociales y comunidades en la zona de Oriente Medio y del Norte de África.

La’ebb, la mascota oficial del Mundial de Qatar 2022. / 2qwuw, Wikimedia Commons.

Algo en lo que los medios generalistas han puesto su atención de forma intermitente en los últimos años ha sido la construcción de los complejos deportivos que albergan la Copa Mundial de Fútbol de Qatar 2022. En su día, tanto la FIFA como el comité encargado de la organización de la competición hablaron de tres muertos en relación directa con los trabajos en los estadios, sin embargo, la mano de obra movilizada (unas 30.000 personas en el momento de mayor ocupación) no solo se ha dedicado a levantar campos de fútbol, sino toda una serie de edificaciones que se comenzaron cuando se supo que el país albergaría el torneo.

“Las condiciones laborales han mejorado en los últimos 15 años, aplicándose medidas como el salario mínimo, la prohibición de que las empresas retiren los pasaportes a sus trabajadores o medidas de seguridad en el trabajo más estrictas”, matiza Testino, que salió de España para Qatar con su familia en 2016, por el trabajo de su marido. “Los peor parados en cuanto a condiciones laborales son los trabajos menos cualificados: guardias de seguridad, peones de obra, trabajadores de las granjas, etc., y estos suelen ser de países como Sri Lanka, Nepal, India y Pakistán”, añade.

“Aceptan venir con contratos de dos años, en los que ahorran para poder comenzar a poner en marcha un negocio en sus países, o mandan dinero a sus familias, y muchas veces renuevan el contrato en varias ocasiones. Pero sin duda alguna, son trabajadores que viven para trabajar, que no tiene a sus familias aquí, no tienen opciones de ocio, y en caso de accidente laboral o impago de sueldos, Qatar no cuenta con un sistema judicial fuerte que pueda defender los derechos de los más vulnerables. Lamentablemente esto no solo pasa en Qatar. Aunque el país haya mejora mucho sus condiciones laborales, aún así serían inadmisibles para cualquier europeo”, asegura.

Desde Puertas Abiertas aseguran ser “conscientes de que los derechos laborales han sido un tema de amplia y acalorada discusión en relación con el Mundial de Fútbol de 2022 en Qatar”. Sin embargo, puntualizan que “el campo de los derechos humanos abarca una amplia gama de temas”, y que este queda fuera de su alcance. “Si bien nos solidarizamos con la difícil situación de los trabajadores migrantes [en Qatar], lamentablemente no tenemos la experiencia para hacer observaciones específicas sobre este tema”, subrayan Hartman y Rachel N. En este sentido, desde la organización dicen concentrar sus esfuerzos en la situación de la libertad religiosa.

El Mundial también ha rescatado preguntas sobre la situación de los cristianos en Qatar. Según Puertas Abiertas, que califica al país como el 18º lugar más peligroso del mundo para el cristianismo (en su Lista Mundial de Persecución), “el país se caracteriza por su interpretación estrecha de la libertad religiosa”.

“La Constitución de Qatar designa al islam como la religión del Estado, con la ley sharia como la principal fuente de legislación. Al mismo tiempo, prohíbe la discriminación por motivos de religión, y en el artículo 50 garantiza la ‘libertad para practicar ritos religiosos’ a todas las personas, aunque estas libertades se enmarcan dentro de los límites basados en la ley sharia y en las llamadas ‘preocupaciones morales’”, explican Hartman y Rachel N. “Si bien Qatar ha sido relativamente indulgente con la creciente comunidad cristiana de expatriados y ha proporcionado tierras para construir iglesias, a los autóctonos qataríes que se han convertido al cristianismo les resulta difícil, si no imposible, practicar su fe”, añaden.

Desde Qatar, Sandra Testino repasa lo que considera una historia de desarrollo parcial. “La apertura de Qatar durante el reinado del padre del actual emir, que permitió la inversión extranjera con la explotación del gas y del petróleo, también permitió la libertad de culto a los extranjeros que llegaron al país para desarrollarlo”, dice. “Cómo extranjera y cristiana viviendo en Qatar no he notado grandes diferencias con la libertad que tengo en España, excepto en cuanto a predicar en las calles. Se pueden hacer retiros, las iglesias tienen que pedir permiso para todo, pero no hay un rechazo al cristianismo en sí. Algo que es muy diferente de lo que pudiera vivir un qatarí que se convierta al cristianismo”, añade.

Para Testino, en Qatar “la falta de libertad no es en el área religiosa, si no en otros temas como ser abiertamente homosexual, vestir ‘indecentemente’ o ir borracho por la calle”. “Cosas que en Europa están consideradas como parte de nuestros derechos”, opina. “Conozco a árabes cristianos, de Jordania y Líbano. También he visto a mujeres musulmanas que no llevan velo por convicción propia, o a musulmanes que beben alcohol, aunque esto esté muy mal visto entre su comunidad”, remarca Testino, que también habla de una “gran variedad de religiones” conviviendo en Qatar.

“No es que sea perfecto, pero se vive más convivencia y respeto entre las personas de distintas creencias que lo que pensamos que disfrutamos en Europa. A modo personal, me he sentido juzgada e incluso se han burlado de mi fe muchas veces en España, por amigos o conocidos. Aquí, cada vez que un musulmán o un hindú me ha preguntado en qué creo o cómo celebro la navidad, he podido explicarme. Siempre que recibo preguntas acerca de nuestra fe es con interés genuino, y no con alguna intención de ridiculizarme”, asegura. 

“He podido exponer mi testimonio cuando se me ha preguntado, y he ido entendiendo con el tiempo que muchos árabes no conocen casi nada del cristianismo, y más bien lo confunden con temas de la cultura occidental. Y, por ejemplo, al exponer que los cristianos creemos que Jesús es Dios mismo encarnado, he descubierto que para un hindú es algo muy bonito, pero para un musulmán muchas veces es una herejía hablar de Dios en esos términos”, añade Testino.

Desde Puertas Abiertas, en cambio, insisten en la distinción entre “cristianos migrantes” y “conversos” de trasfondo musulmán. “Los trabajadores poco calificados de países de ingresos bajos o medios, tienen un estatus social bajo y, en general, son tratados peor que los del mundo occidental, que trabajan en ocupaciones más cualificadas”, matizan. “Los trabajadores de Asia y África son maltratados, independientemente de su religión. Si esos trabajadores son cristianos, esto puede aumentar su vulnerabilidad y puede haber presión para convertirse en musulmanes. No tienen la libertad de practicar abiertamente su fe y muchos de ellos apenas tienen la oportunidad de asistir a los servicios religiosos en el recinto especial construido en un terreno proporcionado por las autoridades fuera de la capital”, que está muy “vigilado y se prohíbe la entrada a visitantes de origen musulmán”.

En cuanto a los cristianos de trasfondo musulmán, desde la organización defienden que “son fuertemente perseguidos en Qatar”. “Son considerados apóstatas y enfrentan discriminación y acoso por parte de la sociedad e incluso corren el riesgo de ser asesinados por su familia”, señalan. No obstante, aunque la apostasía es un delito punible por la ley penal qatarí, según informa Puertas Abiertas, “no se ha registrado ninguna ejecución u otro castigo por apostasía desde la independencia del país en 1971”. “Casi todos los cristianos qataríes se convirtieron en el extranjero y la mayoría de ellos no regresan al país por miedo”, añaden.

Además está la cuestión del “tribalismo”, apuntan desde la organización. “Los lazos familiares y de clan son muy fuertes, y la religión nunca es solo una cuestión de creencia privada, sino que es parte de la identidad de las familias combinadas en su tribu. Por lo tanto, convertirse y dejar el islam no es solo un cambio de creencias, sino que también significa dejar a la familia”, subrayan Hartman y Rachel N, que también alertan de un “excesivo control” para publicar y distribuir materiales evangelísticos o divulgativos sobre la realidad de la iglesia en el país.

Aunque se contemple desde diversos puntos de vista, la Copa Mundial de Fútbol se plantea como una oportunidad para evidenciar la realidad del cristianismo en Qatar. Para Sandra Testino “será una buena oportunidad para los muchos cristianos que han venido al país, ya sea por trabajo como parte de los equipos de periodistas, o de las selecciones clasificadas, para compartir de su fe”. 

“Aquí hay muchas oportunidades de compartir las buenas noticias, porque hay más interés de escuchar sobre fe, espiritualidad o amor a Dios. Esto es como un campo que no está reseco, como quizás a veces nos pasa en España, que la gente está tan acostumbrada al nombre de Jesús que es muy difícil que puedan experimentar a un Dios personal y tener ese encuentro con Jesús”, considera.

Por eso, pide oración por la población cristiana en Qatar, para “que seamos luz y sal en nuestros trabajos y entre nuestros círculos sociales”. También, dice, “por musulmanes que tienen comezón de oír, pero están luchando contra la presión de sus familias o el miedo a ser rechazados por su entorno”. “También oramos por el Emir, para que Dios le dé sabiduría para gobernar el país para todos, y que haya más justicia para los vulnerables y también se pueda ver la mano de Dios a través de los cristianos”, añade. 

Testino también pide oración estos días “por todos esos extranjeros que vienen de Europa y América, que nunca han entrado en una iglesia y que creen que no necesitan a Dios, para que tengan ese encuentro con Jesús en el desierto, que experimenten el perdón y la bondad de Dios y sus vidas sean trasformadas para la gloria deDios”.

Desde Puertas Abiertas, también señalan que “la celebración de la Copa del Mundo ha llamado mucho la atención de los responsables políticos sobre el historial de derechos humanos en el país” y manifiestan “que el compromiso significativo e impactante con el gobierno de Qatar es clave para apoyar nuestros esfuerzos para fortalecer la iglesia”. “Os  instamos a orar por nuestros esfuerzos en defensa de la iglesia en Qatar”, remarcan Hartman y Rachel N.

En esta línea, plantean tres recomendaciones a las autoridades qataríes: establecer iniciativas a nivel local para educar a la población general en materia de tolerancia y diversidad religiosa, permitir que las organizaciones religiosas sin registro oficial puedan trabajar en el país, y abolir “cualquier disposición que persiga a las personas por el ejercicio pacífico de su religión”, condenado los actos de discriminación.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITALInternacional
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“En Qatar hay mucha oportunidad de compartir las buenas noticias del evangelio”